07 febrero, 2010

Jacobo Fijman (V)

Selección poética - Molino rojo

CANTO DEL CISNE

Demencia:

El camino más alto y más desierto.

Oficios de las máscaras absurdas; pero tan humanas.

Roncan los extravíos;

Tosen las muecas

Y descargan sus golpes

Afónicas lamentaciones.

Semblantes inflados;

Dilatación vidriosa de los ojos

En el camino más alto y más desierto.

Se erizan los cabellos del espanto.

La mucha luz alaba su inocencia.

El patio del hospicio es como un banco

A lo largo del muro.

Cuerdas de los silencios más eternos.

Me hago la señal de la cruz a pesar de ser judío.

¿A quien llamar?

¿A quien llamar desde el camino

tan alto y tan desierto?

Se acerca Dios en pilchas de loquero,

Y ahorca mi gañote

Con sus enormes manos sarmentosas;

Y mi canto se enrosca en el desierto.

¡Piedad!

ALDEA

Mi blanca soledad

Aldea abandonada.

Revuelo de perezas

Sobre la torre de un anhelo

Que tañe sus horizontes.

Pintadas negras de la desolación.

Yunques abandonados y puentes solariegos.

Se ha sentado el dolor como un cacique

En el banquillo de mi corazón.

Las lluvias estancadas de mis sueños

Se han cubierto de musgo.

En el horno apagado del silencio

Mis frutos maduraron

Estérilmente.

Perdí mi itinerario en el desierto.

¡Hospedería triste de mi vida

en donde sólo se aposentó el azar!

En una pradería de cansancios

Balan estrellas mis ovejas grises.

Lugarón sin destino;

Las calles andariegas

Beatas de mi ser

Son manos

Contemplativas

Que van perdiendo soles...

CIUDAD SANTA

Tres gritos me clavaron sus puñales.

Paisaje de tres gritos

Largos de asombro.

¡bromearon los sudarios del misterio!

Fuga de embotamientos;

Suspiros

en la niebla inmovilizada.

Cipreses.

Bronce de los terrores

Informes, fragmentados.

Mueren caminos

Y se levantan puentes.

Un árbol se transforma

Cerrando sus pupilas.

Caen medrosamente las palomas

Angélicas del sueño

En las uñas heladas del espanto.

Un infinito horror

Manaba en mis entrañas

En un himno de muerte.

COPULA

¡Nos unió la mañana con sus risas!

En las rondas del sol

canciones de naranjas.

Danzas de nuestros cuerpos

Desnudos- rojo y bronce.

El olor de la luz era sagrado:

Música de horizontes,

Espacio de paisajes-

Rojo y bronce-

Ruido de melodías,

Himno de soles,

Eternidad

Y abismo de la dicha

En la alegría loca de los vientos.

Canciones de naranjos

En la piedad de los caminos.

¡Todas las aguas del silencio

rompimos en la danza!

Dicha de los abrazos y los besos;

Toda la gloria de la vida

En nuestros pechos

Jadeantes y ligeros;

Nuestros cuerpos: auroras y ponientes

En la alegría loca de los vientos.

¡El corazón del mundo en nuestra boca!

MORTAJA

Por dentro;

Atrás el rostro.

¡El pasado aniquila!

¡Es en vano que encuentre una herradura

en el estanque turbio de mi imaginación!

El árbol ha cubierto de palomas

mi soledad; pero es en vano.

Desnudo

Siempre estoy como una llanura.

Para buscar un cerro

Miro las multitudes.

Estoy siempre desnudo y blanco;

Lázaro vestido

de novio;

una mortaja viva

entre el ayer eterno

y el eterno mañana;

una mortaja viva

que llora en mi garganta.

EL "OTRO"

Tarde de invierno.

Se desperezan mis angustias

como los gatos;

se despiertan, se acuestan;

Abren sus ojos turbios

y grises;

abren sus dedos finos

de humedad y silencios detallados.

Bien dormía mi ser como los niños,

y encendieron sus velas los absurdos!

Ahora el otro está despierto;

Se pasea a lo largo de mi gris corredor,

y suspira en mis agujeros,

y toca en mis paredes viejas

un sucio desaliento frío.

¡La esperanza juega a las cartas

con los absurdos!

Terminan la partida

tirándose pantuflas.

Es muy larga la noche del corazón.

VÍSPERAS DE ANGUSTIA

Atmósferas de marasmo despedazan mis ademanes.

Pasos furtivos

en los malditos huecos de mi ser;

desolaciones alteradas.

Azar; ideas fijas.

Revolotear de músicas celestes.

¿vísperas de una nueva angustia?

Sospechas.

Soy de los que no vuelven, hermanos míos.

Atmósferas de marasmo

en torno del más fragante pino.

Amor, alégrame el camino.

¡los fuegos fatuos!

¡Quebrantaré la vida por mi vida

por el imposible contacto de la eternidad!

Pasos furtivos

en el hueco de mi ser;

yo soy el prometido, el anunciado.

Revolotear de músicas celestes.

SUB-DRAMA

Desolaciones.

Altos silencios

Que balancean sus cabezas truncas

esencialmente.

Han caído mis esperanzas

como palomas muertas.

Desbandes.

El canto de mi mismo se alucina.

Cristales rotos.

Murga carnavalesca.

¡las risas rojas!

Cifras desafinadas y arbitrarias;

¡el dolor más eterno!

Me trasvasa el espanto sus caminos.

Pavor de candelabros;

Romance de agonía.

¿Quién soy?

Ha perdido su espacio

completamente el universo.

Se cierran las estrellas en mis ojos.

Nadie y nada.

Terribles apariencias

aplastan el cristal de sus sarcasmos.

Pasa un convoy de brujas caprichosas;

cuelgan mis extensiones deformadas.

Mi corazón es una isla roja

en que destacan sus banderas negras

los días de mi anhelo.

Las miradas ardientes de mis ojos,

¿en qué se apoyarán mañana?

Canciones de mi ser,

hemisferios de dicha,

volúmenes de aromas

¿en qué tambor de soles

se agitarán mañana?

Orientes y occidentes.

Se quebrarán mis ejes.

Lo sé.

¡Llueve sin latitud el dolor más eterno!

Han caído mis esperanzas

como palomas muertas.

Pavor de candelabros; romance de agonía.

GABÁN

Soy una alforja

de lluvias.

Mi corazón regó en las primaveras

sementeras de espacio;

por ello mi cabeza

es una gorra remendada y parda

(genialidad)

o, un gabán roído,

pues he amado.

El pienso de mis días

desparramé en las sendas;

rompí todas las tejas

de los pesebres

humanos.

De mal en peor

tildaron mi locura;

merma mi audacia,

enflaquecen mis manos dadivosas

como las muelas viejas.

¡El gabán de mi ser se va pudriendo!

CENA

Cenas de mi soledad en hosco abatimiento;

eterna como Dios, profunda de universo.

¡He sido el más ausente: el juntador de formas!

Cenas de mi soledad...

El sudario más frío es uno mismo.

¡Buscar y qué buscar!

¿Encrucijadas puras donde zapatean los truenos

en un constante mediodía?

Cenas de mi soledad en hosco abatimiento.

Pan y sal. Lamentos.

Piernas que saltan; salidas de cortejo;

vacilación de luz que viene abajo.

¡Extremaunción de un armonioso herrero!

Ir; pero no ir nunca;

en algodón de olvido sumir todos mis días.

Anuncios que deslizan;

canción de gallos en la mañana azul de mi esperanza

continuación de tiempos fundamentados en dolor.

Fui un desaparecido, el más ausente:

el juntador de formas.