24 noviembre, 2011

Argentinos, a las soluciones. Osvaldo Bayer

Después de las frenéticas jornadas preelectorales y poselectorales vuelve la calma a la sociedad. Es el momento de pensar en los problemas que buscan solución para lograr una sociedad sin violencias. Están siempre latentes, por ejemplo, las cuestiones de las tierras comunitarias de los pueblos originarios.

Uno de ellos es más que urgente. Se trata de algo todavía no solucionado: la tierra de los qom en Formosa. Sí. Los llamados tobas. Quien converse con el cacique electo por la mayoría de ellos, don Félix Díaz, se encontrará con un hombre sabio. Habla despacio, casi lento, con una voz un tanto triste pero con mucho de noble. Es parco y directo. A su comunidad, el pasado año se le quitaron 1300 hectáreas; 600 de ellas fueron dadas a la Universidad de Formosa y el resto a la familia Celía. La quita se hizo a balazos y garrotazos. Un qom cayó muerto, Roberto López, y hubo niños y ancianos heridos de gravedad, que todavía están hospitalizados. Tierras comunitarias que desde que se registra el tiempo pertenecieron a los pacíficos qom, que cultivaban la tierra y mantenían la naturaleza en su estado original. Una comunidad de siglos. Los qom con Félix Díaz a la cabeza vinieron a Buenos Aires y mantuvieron un campamento en plena avenida 9 de Julio durante meses. La protesta callada pero siempre presente. “Seguiremos siempre viviendo rodeados de bosques con nuestra propia cultura –me dice Félix Diaz–, con nuestra idiosincrasia, con nuestra organización. No estamos evangelizados, no tenemos la camiseta de ningún partido político. Se nos niega el acceso al agua. La Justicia nos niega respuestas, nos acusa de resistencia y de la quema de nuestros propios ranchos, cosa que no hicimos. Tenemos sólo nuestra palabra contra todo el poder político.”

28 octubre, 2011

El santo ácrata


En los años treinta, el periodista Luis Sofovich lo calificó de "el santo ácrata". Acracia era el país utópico con que soñaban los anarquistas, un mundo sin gobierno donde todo se resolviera por acuerdo mutuo, la ayuda mutua, la solidaridad. los ácratas eran -y son- quienes piensan que lo más sagrado es la libertad, y el poder significa la negación de la libertad, por ende, de la dignidad. El "santoácrata" fue el orador más formidable que conocieron las tribunas publicas de la Argentina en las grandes agitaciones sociales de las primeras décadas de este siglo. Se llamó Rodolfo González Pacheco, la encarnación del "hombre nuevo". Luis Sofovich, aquel eterno tecleador de las redacciones de Crítica y de Noticias Gráficas, hizo el siguiente relato acerca de él: "Era el más noble, altruista y bondadoso de los ácratas. Poeta, su inspiración nacía en su alma limpia y en su devoción por la belleza. La Pampa y sus hombres conmovían sus fibras más íntimas, pero también los hombres que sudaban junto a las fraguas y los que estaban sumergidos por la tragedia. La libertad era su religión y en esa creencia era un santo, canonizado por una vida sin sacrificios, sin claudicaciones". Aclamado hombre de teatro, Rodolfo González Pacheco conmovió a amplios sectores populares con sus obras Hermano lobo, Las víboras, La inundación, Hijos del pueblo, y otras. Su estilo continuaba la línea comenzada por Florencio Sánchez con su M' hijo el dotor. Pero si bien sus obras ocuparon durante muchos años los escenarios de las salas céntricas, él escribía sus obras principalmente para los "cuadros filodramáticos", los teatros con que contaban todas las "sociedades de resistencia", como se llamaban los sindicatos, y las bibliotecas populares, creadas por socialistas y anarquistas hasta en el más lejano rincón de las pampas. Una vez, en la Sociedad de Actores, le preguntaron: ¿Cómo se hizo anarquista". Y él contestó sonriente y nostálgico: "La culpa fue de unos agitadores que disfrazados de marineros y vendedores de casimires de contrabando llegaron una tarde a la estancia de mis padres, en los primeros años de este siglo. Yo era un hijo de papá, un aprendiz de gaucho, mujeriego en los bailes de rancho y pendenciero en las reuniones de pulpería. Respetado por los gauchos que veían en mí más que al mozo guapo a un protegido de los milicos, porque era hijo de estanciero. Aquellos falsos contrabandistas pidieron permiso para pernoctar, y de acuerdo con la costumbre hospitalaria de nuestra pampa se les dio carne asada y catres para pasar la noche en el galpón de los mensuales. Al siguiente día, cuando ellos se fueron, uno de los peones me trajo una colección de pequeños folletos que los forasteros se habían olvidado en el galpón, repartidos estratégicamente para que se pudieran hallar después de irse... Eran pensamientos de Bakunin, de Kropotkin, de Pietro Gori, de Malatesta. Al leerlos, fue la primera vez que advertí que en el mundo había algo más que guitarras, ginebra y carreras cuadreras. Que había gente que se preocupaba por sus congéneres. Y que mi vida era canallesca comparada con la nobleza y los sentimientos de esa gente con preocupaciones sociales". Esas consignas iban a ser su brújula hasta su muerte, en 1949, a los 66 años. Fue un nato sembrador de ideas. Un orador político por excelencia. Estuvo en todo el país para hablar. Recorrió también Chile, México, Cuba y España hablando, siempre hablando y discutiendo. Habló en todas las campañas: la de Sacco y Vanzetti; la de Radowitzky, la de los mensúes, la de los mineros; fue el principal agitador en la huelga teatral más grande de la historia argentina. Pero ante todo fue el creador de los "Carteles". Los "Carteles" de González Pacheco consistían en recuadros que se publicaban en los periódicos anarquistas y donde se tomaba tajante posición ante los acontecimientos públicos que se producían. Esos "Carteles" quedaron en las páginas de los periódicos que él mismo fue fundando. Por ejemplo, aquel semanario llamado La Mentira que, con ironía suspicaz, se autotitulaba Organo de la patria, la religión y el Estado, y que fundó junto a un oficial de policía: Federico A. Gutiérrez, a quien un anarquista italiano, el anciano Ragazzini, había convencido durante sus continuas estadas forzosas en el Depósito de Contraventores. Pacheco fue primera pluma también en Germinal, en Campana Nueva, en el vespertino La Batalla (sí, los anarquistas editaban todos los días La Protesta, matutino, y La Batalla, vespertino). Pero el régimen de los conservadores liberales no le permitió levantar demasiado vuelo durante la campaña que la izquierda argentina inició contra la Ley Social y la Ley de Residencia: con otros luchadores, González Pacheco fue enviado al presidio militar de Ushuaia, la "Siberia Argentina", como se lo conocía en aquel tiempo. De ese tiempo quedaron sus impresionantes "Carteles" sobre el trato a los presos: la cachiporra de plomo, el triángulo, el cavar pozos en invierno con las manos, las palizas diarias. Un baldón que también tienen los gobiernos radicales de Yrigoyen y Alvear, el dictador Uriburu, y los Justo, Ortiz y Castillo de la Década Infame, y los militares del '43. Pero si bien casi todos volvían quebrados y dispuestos a portarse bien, luego de vivir entre la brutalidad y la humillación, González Pacheco fundó, apenas regresado a Buenos Aires, Libre Palabra y más tarde El Manifiesto, hasta que entró a trabajar en La Protesta. Poco después creará La Obra, pero durante la Semana Trágica Yrigoyen ordenará la clausura de esa publicación y también de La Protesta. González Pacheco hizo caso omiso de la amenaza y la cárcel sacó a luz Tribuna Proletaria. Durante el gobierno de Alvear lo condenan a seis meses de prisión por haber elogiado la actitud del obrero alemán Kurt Wilckens, quien mata al teniente coronel Varela, fusilador de centenares de peones rurales patagónicos. Cuando a fines de la década del veinte se desata la violencia del anarquismo expropiador y Severino Di Giovanni comete el atentado contra la representación italiana fascista González Pacheco no sale -como muchos- a purificarse en las aguas del Jordán ni a lavarse las manos como Pilatos. Lamenta sí, las víctimas, pero hace el análisis del porqué de la violencia y las causas que originan esa violencia. Dirá en sus cartel La Cosecha: "Frente al dinamitazo del consulado italiano no nos desdecimos ni en una coma.Pensamos lo que pensábamos: el sistema de barbarie por el que arrean al mundo los gobernantes va a continuar produciendo estas explosiones. Son ellos, con sus violencias bestiales y sus podridos cinismos ante las más inefables aspiraciones del pueblo y sus más primarios instintos de libertad y justicia, los únicos responsables. No nos ponemos al margen ni le sacamos el cuerpo a ninguna sospecha, por más infame que sea. Nunca podrá herirnos nada tan hondamente, como nos hiere y desgarra la angustia ahora". Y más adelante señala: "El culpable, sea quien sea, es un producto de este sistema burgués delirante de violencia y cinismos. Ese sistema es el criminal que arrea a la carnicería de diez millones de humanos, como en la pasada guerra, que aventa hogares y templos, mutila y relaja espíritus, él. El es el que corrompe todo, con sólo mirar, la vida... Lloren los cocodrilos sicarios. Nosotros no lloramos. No le sacamos el cuerpo a ninguna responsabilidad, tampoco". Por supuesto, González Pacheco irá -en 1936- a defender al pueblo español contra los militares de Franco. Y a partir de 1943 verá impotente como los sindicatos dejan de dar sus obras y escuchar sus conferencias. En las asambleas ya no se canta "Hijo del pueblo te oprimen cadenas..." o "Arriba los pobres del mundo..." sino el "Perón, Perón..." En el marco de ésta realidad moría hace 45 años Rodolfo González Pacheco, el "santo ácrata". Pero, pese a todo, moría con fe en el futuro. Lo atestigua ésta, su frase: "Hay un modo de perder y hay un modo de ganar a los hombres para la libertad: metiéndolos en un puño, como reses en un brete, o despertando en ellos el dormido ser sagrado que todos llevan dentro. Uno es expeditivo y autoritario: el otro es fraterno y entusiasta... De ése seguirá cosechando fe en su destino el pueblo. Porque aquel manda y éste siembra".

Osvaldo Bayer
Página/12, 09/04/94

07 octubre, 2011

Osvaldo Bayer criticó al Premio Nobel. Lo que dijo Vargas Llosa “fue más de lo mismo”

“¿Qué hizo el liberalismo que ha gobernado siempre?”, preguntó al cuestionar la ideología que el escritor peruano exhibió en la Feria del Libro.

El escritor y periodista Osvaldo Bayer criticó al Premio Nobel Mario Vargas Llosa, respaldó al director de la Biblioteca Nacional Horacio González y cuestionó la intervención que realizó la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Bayer aclaró por Radio Provincia que el pensamiento de Vargas Llosa, “no tiene nada que ver con su calidad literaria, que realmente es muy buena”, y subrayó que el escritor “tiene la libertad de decir lo que quiere”. Recordó que en este debate por la participación del escritor peruano en la inauguración de la Feria del Libro, “yo salí a defender a Horacio González que no pidió de ninguna manera que se lo censurara, como dicen Clarín y Nación. Lo que pidió –agregó- es que, como ocurre en todo el mundo, el acto inaugural de la Feria del Libro estuviera a cargo de un representante de la cultura argentina”. Osvaldo Bayer también precisó que no estuvo de acuerdo con “la intervención de la Presidenta de pedirle a González que retirara sus dichos porque realmente los escritores tenemos, al igual que Vargas Llosa, la libertad de decir lo que queremos”.

Subrayó que “lo que se quiso decir es que si habla que hable en otro acto, que le dan la mejor sala de la feria del Libro, que se alquile el Colón que tiene plata para eso o que hable en Boca Juniors porque nadie le quiere quitar la palabra… Escucharlo es mejor porque así se define más”.

En cuanto al discurso brindado ayer por Vargas Llosa, Bayer dijo que “fue más o menos lo mismo, dicho con mucha diplomacia” y, en contra de lo que dijo el Nobel de Literatura, elogió el “momento sorprendente” que está viviendo América Latina.

“Yo le preguntaría a Vargas Llosa qué hizo el liberalismo que ha gobernado siempre, qué ha hecho Inglaterra y EE.UU. con su liberalismo con las guerras agresivas que han llevado a cabo”, expresó en diálogo exclusivo con nuestra emisora.

Por último, enfatizó que Vargas Llosa “al principio él era un hombre de izquierda, después le empezó a ir muy muy bien, empezó a tener dinero y ahora se convirtió en liberal”. Agregó que “está todo dicho en su vida: se fue a España a vivir mientras otros tuvieron que irse al exilio y volvieron a sus países y siguen luchando desde la base”. (RADIO PROVINCIA)

Publicado en Nacionales, Opinión. Etiquetado con Bayer. Por ahorainfo.com.ar – 22 abril 2011

26 septiembre, 2011

Sobre Hannah Arendt y Rosa Luxemburgo. La banalidad del amor. Osvaldo Bayer


Sí. Tal cual. En vez de La banalidad de la Maldad, como subtituló la ensayista judía Hanna Arendt su libro sobre Eichmann, se ha estrenado una obra teatral en Alemania que lleva por título La banalidad del amor. Y justo se refiere a la relación entre la misma Hanna Arendt con el filósofo alemán Martín Heidegger, quien en 1933 se afilió al partido nazi. Una relación que nadie –la mayoría– ha podido entender todavía. La autora de la obra de teatro también es judía, se llama Savyon Liebrecht y trata de interpretar en la obra de ficción esa relación entre dos personas tan distintas en sus ideologías. La obra se ha estrenado con un gran éxito de público. No es para menos.

Antes de morir, Hannah Arendt declaró: "Me siento elevada hasta hoy por Heidegger como ser pensante y como mujer". Sí, una escritora que describió como pocos la miseria absoluta de pensamiento del nazismo.

El comienzo de esa relación fue la del profesor con la alumna. Heidegger era ya, a los 35 años, en 1924, un profesor de filosofía cuyos libros habían comenzado a trascender en todo el mundo. Ella, de 17 años, era su alumna. Profesor y alumna pasaron muchas horas muy enamorados en una cabaña no muy lejana de la casa de Heidegger, quien era casado con dos hijos. La relación amorosa fue muy intensa entre 1924 y 1926, hasta que después ella se fue a estudiar a otra universidad. En 1929 Hanna se casó con el escritor Günther Anders. En 1933 ella comienza a hacer una labor muy intensa en defensa de los judíos alemanes y Heidegger se afilia al partido nazi y es elegido rector de la Universidad Albert-Ludwig.

18 septiembre, 2011

¿Una nueva época argentina? Osvaldo Bayer

La última semana de estadía en Europa me sirvió para el pesimismo. Otra vez la crisis anunciada. ¿Hasta cuándo? ¿Cómo el ser humano no ha aprendido a administrar todo esto que se llama naturaleza y así eliminar la violencia, las penas, las carencias, la búsqueda por sobre todo del poder que casi siempre, o siempre, significa la muerte? Vemos la España de hoy, vemos Portugal, Grecia ni que hablar, la Italia de Berlusconi... aquí sólo caben la ironía, o la profunda tristeza y decirnos... el ser humano no aprende nada. Lo de Noruega ha dejado a todos mudos. Sólo queda mirar al costado o hacer un congreso de economistas, de políticos, pero sobre todo de psicólogos. Europa no aprende, pese a su historia. Por ejemplo, hoy, gracias a la caída del Muro, las mujeres polacas pueden ser sirvientas en Alemania. Sí, parece una frase calcada de Dostoievski. O de Kafka.

Europa... y sus esperanzas en el Mercado Común Europeo, con el euro como moneda. ¿Por qué ahora esto? En España, la juventud no tiene trabajo, el porcentaje más alto de su historia de jóvenes desocupados. Gran Bretaña, sí, la del imperio. Meta bala. ¿La solución? Más policía adiestrada. Conocemos esas soluciones. Gran Bretaña. Cameron, sus gritos en la Cámara de los Comunes, ya tiene sus muertos para la historia.

En Alemania, la preocupación es el euro. Ahí puede venirse todo al suelo, aquel sueño de la Europa sin fronteras. Con aquella historia aparentemente superada de guerras mundiales, con millones de muertos y ciudades arrasadas. Sí, una Europa sin fronteras. Pero al parecer no se entienden ni con gestos. ¿Obama protagonizará una nueva versión de El fugitivo? ¿O pasará a la historia nada más que como un “negro” que quiso pasar a la historia estadounidense como un blanco más? De las esperanzas a las pequeñeces ya conocidas. Los “republicanos” dicen sobre él: “Vaya un nombre más inicuo”. Y sonríen. “Ya lo sabíamos... ¿qué se puede esperar de un...?” Dejémoslo ahí. Se lo enlata y ya está.

Subrayo los últimos diarios alemanes antes de partir. Sí, los democristianos-liberales se derrumban en caída libre. El próximo gobierno será socialdemócrata-verde, o más bien verde-socialdemócrata. Según la figura que pongan al frente. Dejo el Viejo Continente más viejo que nunca. Todo es duda. Todo es incierto.

Llego a la Argentina de las elecciones. Hay tranquilidad en las calles. Sí, no ha habido violencia. Por lo menos eso ya es muy positivo. Aceptación de todos por los resultados. Autocríticas. Alegrías. Eso es positivo. Prepararse para la final de octubre. Bien, parece que estamos aprendiendo a vivir en democracia. Me paro en la misma esquina de Monroe y Arcos, donde cuando niño, adolescente, grande y ya mayor vi pasar las tropas, con sus generales a caballo, hacia la Plaza de Mayo. Ahora esto, la confianza en las urnas. No está mal como primer paso a la verdadera democracia. Que sólo se logrará con verdaderas medidas sociales.

Sueño con que el nuevo gobierno va a volver a organizar y apoyar las asambleas barriales. Un milagro libertario que experimentamos en la primera década de este siglo y que luego dejamos morir por falta de acción e inspiración. Luego, dar el primer paso hacia la verdadera democracia, que es la que busca la igualdad en libertad: la eliminación para siempre de las villas miseria y que cada hogar, que cada niño, tenga un pan sobre la mesa y un techo digno. Que una de las obligaciones fundamentales del nuevo gobierno sea promover las cooperativas de trabajadores. También esto con la tierra a los hombres de la tierra, y no de los banqueros que bajan el dedo y se les otorgan dos millones de hectáreas. Ciudades limpias con plazas bien verdes y con flores constantes, como las que tenía Buenos Aires antes: cuando yo era un niño, todas las tardes corríamos entre esos verdaderos jardines comunitarios. No como hoy, con las plazas porteñas con alambrados y que no son otra cosa que potreros de polvos y pozos. Y que por fin se descentralice Buenos Aires, que se lleve la Capital al interior, porque esto ya no es una ciudad, es una jaula de motores, de ruidos, de esperas interminables y de niños que ya no pueden jugar sino sólo estar estáticos ante la pantalla boba.

Sí, que se promueva a fondo la verdadera democracia y el compartir sus bienes. Sería muy bueno que se adoptara como lema “Libertad y Bien común”.

Sueño con escuchar música de Bach en atardeceres porteños silenciosos o tal vez la del propio Atahualpa Yupanqui, que sigue teniendo el olor de nuestro paisaje todo.

Y para eso, el respeto de las palabras de las organizaciones de base. Comenzar, por ejemplo, con limitar a cuatro años todos los mandatos de los dirigentes sindicales. Sin reelección posible. Demostrar que no hay nadie imprescindible y que todos tienen derecho de llevar a cabo las resoluciones de las bases. Para terminar con burocracias y magnates del poder.

Para lo cual, para intentar acabar para siempre con niños con hambre, gente sin techo, manos rudas sin trabajo, para llegar a ese producto final que sería la verdadera democracia, dar mucho más categoría a las escuelas, a los docentes. Y a la convocatoria de la voz popular para escucharla: congresos formativos, asambleas de base, reconocer a los verdaderos héroes del pueblo. Para ello, fundamental, la información. Seguir el debate sobre los medios para que por fin muestren el verdadero rostro de la sociedad y toda la información se fundamente en la ética. En el derecho de todos. Los medios con la voz del pueblo. De los que hacen la sociedad y no de monstruos que se tragan todo.

Parece todo esto –el sueño, las ilusiones– el resumen paradisíaco del pensamiento de los grandes propulsores de la paz eterna, escritos durante siglos y siempre olvidados en los depósitos de puertos a los cuales ya no llega ningún barco.

Intentarlo pasaría a nuestra historia como un bello capítulo. Como si estuviéramos leyendo aquellos escritos del joven Mariano Moreno, del idealista Juan José Castelli y del apasionado por la igualdad que fue aquel increíble Bernardo de Monteagudo, cuyo retrato tendría que estar en todos nuestros colegios.

Empecemos una nueva época. Poniendo el rostro y la palabra. La palabra como arma única contra el egoísmo.

Fuente: Página12-Agosto2011

10 septiembre, 2011

Los Martínez de Hoz al ataque. Osvaldo Bayer


No me puedo quejar. Hay que tener suerte. Los Martínez de Hoz me han iniciado juicio. Eso no le pasa a cualquiera. Ahora sí que me siento un elegido por el destino.

Es por el film Awka Liwen donde se analiza la Campaña del Desierto de Roca y mencionamos al fundador de la Sociedad Rural que fue, por supuesto, un Martínez de Hoz. El juicio alcanza también al codirector del film, Mariano Aiello y al historiador Felipe Pigna. Los que inician el juicio son los dos nietos de José Alfredo Martínez de Hoz, el conocido ministro de Economía de la dictadura de la desaparición de personas. A nosotros nos defenderá el conocido abogado de derechos humanos Beinusz Szmukler.

“¡Qué extraño!”, me digo, los tataranietos se sienten injuriados por lo que se sostiene del retatarabuelo y no por lo que hizo el abuelo, el mejor amanuense de la última dictadura más feroz de nuestra historia. La acusación contra nosotros es por “injuriar” al fundador de la Sociedad Rural. Lo escrito en esa acusación provoca hasta conmiseración en el lector, cuánto sentimiento cuando se habla de los hechos de un antepasado de hace ciento cincuenta años. Y nace una especie de sonrisa irónica cuando el lector piensa: ¿por qué tanto sentimiento por un lejísimo antepasado y no dolor y vergüenza por un abuelo que dominó en una brutal dictadura la economía mientras a su lado se torturaba, se desaparecía, se arrojaba vivos a prisioneros al mar desde aviones? Personaje que sigue teniendo juicios en la actualidad por acciones deshonestas, entre ellas la de Papel Prensa.

08 septiembre, 2011

Día Internacional de la Alfabetización


La Organización de las Naciones Unidas, ONU, celebra hoy 8 de septiembre el Día Internacional de la Alfabetización con muchos avances, “ya que el número de persona alfabetizados a nivel mundial ha llegado a cerca de cuatro billones”, señala un comunicado de la organización.

Sin embargo, la ONU señala que la alfabetización para todos, niños, jóvenes y adultos, es todavía una meta lejana.

“El continuo aplazamiento de esta meta es resultado de una combinación de factores, como el trazado de metas demasiado ambiciosas, los esfuerzos insuficientes o descoordinados, y la subestimación de la magnitud y complejidad de la tarea”, enfatizan.

Según la ONU, una de las experiencias aprendidas en las últimas décadas, es que para lograr la alfabetización universal no solo se requiere de mayores y mejores esfuerzos, sino de voluntad política para pensar y hacer las cosas de manera diferente a todos los niveles: local, nacional e internacional.

Fuente: El Nuevo Diario

31 agosto, 2011

El fin del pacifismo. Osvaldo Bayer

La Haine
¿Violencia, sí o no? (Una discusión necesaria) se titula un pequeño compendio del filosofo alemán Günther Anders que ha convocado a una polémica filosofico-cultural inesperada en una intelectualidad centro-europea resignada que recuerda el 68 como algo que no podrá volver, que no quiere mirar hacia atrás a la violencia desesperada de los años 70 de la Baader-Meinhof, que se ha cansado de hacer toda clase de acciones pacifistas contra el Estado Atómico y contra la sociedad antiecológica del consumo y el despilfarro. ¿Y por qué esa polémica ahora? Porque Günther Anders, el pensador pacifista por excelencia, el moralista, ha escrito a los 85 años, con sus dedos que apenas puede mover por la artritis: "La única salida es la violencia". .
Nacido en 1902, fue soldado en la Primera Guerra Mundial a los 16 años; alumno de Husserl y Heidegger, ya en 1928 es uno de los más audaces denunciadores del hitlerismo como producto del capitalismo alemán, y en 1933 debe marchar al exilio con su mujer, la filósofa Hannah Arendt (la autora de La banalidad del mal, Poder y violencia, Eichman en Jerusalén). En Estados Unidos trabajará como obrero en fábricas y allí experimentará el significado de la dependencia del hombre a la técnica. En 1950 regresa a Alemania donde seis años después publicará su obra fundamental: Lo anticuado del ser humano. Visita Auschwitz y dirá: "Si se me pregunta en qué día me avergoncé absolutamente, responderé: en esta tarde de verano cuando en Auschwitz estuve ante los montones de anteojos, de zapatos, de dentaduras postizas, de manojos de cabellos humanos, de maletas sin dueño. Porque allí tendrían que haber estado también mis anteojos, mis dientes, mis zapatos, mi maleta. Y me sentí -ya que no había sido un preso en Auschwitz porque me había salvado por casualidad- sí, me sentí un desertor"..

12 agosto, 2011

Entrevista al historiador Osvaldo Bayer


“Me hubiera gustado ser un anarquista como Severino Di Giovanni, pero no tengo ninguna capacidad”
La puerta de “El tugurio” se abre despacio con un chirriar estremecido y leve. En cámara lenta asoman los traviesos ojos de Osvaldo Bayer, rodeados por unas cejas alborotadas, siempre alertas para continuar dando batalla, y su cara enmarcada por el pelo y la barba blancos como el algodón. Cuando invita a pasar por el estrecho pasillo de esa casa del barrio de Belgrano, cada vez más angosto por el exceso de libros y carpetas que acumula el escritor, el precario equilibrio de esas pilas parece a punto de desmoronarse. “Sería una muerte soñada, moriría sepultado por los libros”, bromea Osvaldo mientras se dirige a la cocina en busca de su ineludible botella de Campari. Al verlo caminar a los 82 años, con una agilidad que esquiva con elegancia cualquier síntoma de vejez, es imposible no recordar lo que ha dicho Osvaldo Soriano: “Bayer es un hueso duro de roer. Sin él sería más fácil olvidar”. Nadie como él para desenmascarar a los asesinos, a los verdugos que han actuado desde el poder. Sólo este viejo pícaro y entrañable ha reivindicado, con una pasión que sigue intacta, a los humillados y ofendidos, a quienes en todas las épocas pusieron el cuerpo en las calles y fueron masacrados, tratados como delincuentes, torturados, robados y tirados en fosas comunes. Nadie como él desnudó la saña practicada especialmente contra los anarquistas, las mentiras y demonizaciones que se construyeron desde los medios de comunicación. Página/12 publicará a partir de mañana sus Obras completas, once libros que se podrán adquirir cada dos semanas, siempre los domingos, hasta noviembre (ver recuadro).

23 julio, 2011

Osvaldo Bayer y la lucha por los derechos humanos


"Las Madres fueron como una luz en el cielo negro"

El escritor y periodista es el eje de Ventana a la Plaza de Mayo. Las Madres y Osvaldo Bayer, el libro en el que se reproducen sus columnas para el periódico de la agrupación. Los trabajos de Bayer para el periódico abarcan dos etapas: 1984-1993 y 2003 hasta hoy.

Por Oscar Ranzani
El 18 de junio de 1976 Osvaldo Bayer se exilió en Alemania. Unas horas antes, recibió un mensaje amenazante del brigadier Santuccione en el aeropuerto de Ezeiza: "Usted jamás va a volver a pisar el suelo de la Patria", le dijo. Por suerte o mejor dicho, por justicia del destino, se equivocó: Bayer regresó al país el 22 de octubre de 1983, días antes de las elecciones presidenciales. Fue en el exilio que se enteró de "que habían salido unas mujeres a Plaza de Mayo, que eran madres de desaparecidos y ahí vi como una especie de luz en el cielo negro", recuerda. En Alemania conoció a las Madres que visitaron ese país en el marco de su lucha por la defensa de los derechos humanos y trabó con ellas una amistad indestructible. Bayer recuerda que las Madres eligieron como residencia su humilde departamento de Berlín antes que un lujoso hotel. "Yo les cocinaba pollo al horno con papas", recuerda, antes de comentar que, una vez que regresó a la Argentina, comenzó a colaborar en el Periódico Madres de Plaza de Mayo, a través de una columna bautizada "Ventana a la Plaza de Mayo", donde tomaba posición con respecto a "la política de derechos humanos de Alfonsín". Bayer sostiene que fue uno de los tantos "que luchó por los presos políticos que mantuvo Alfonsín y que nadie recuerda este episodio. Una cobardía, una falta de coraje civil tremendo", fustiga. "El mantuvo presos a los detenidos de la dictadura que habían permanecido en cárceles y que habían sido condenados por la ‘Justicia’ de la dictadura". El columnista de Página/12 destaca que luchó junto a las Madres por la libertad y que, incluso en una oportunidad, la actriz Liv Ullmann los acompañó en una visita a los presos políticos.

09 julio, 2011

Los que luchan. Osvaldo Bayer

La gran sorpresa. A los 83 años me tocan el timbre de “El Tugurio”, el querido sucucho donde vivo y donde hay sólo libros. Son jóvenes que me miran y sin rodeos me ofrecen participar de las próximas elecciones en nuestra organización de trabajadores de prensa. No puedo creerlo. Repaso mi memoria: hace justo medio siglo que fui secretario general del Sindicato de Prensa, como se llamaba antes nuestra entidad. Y les respondo: hay que darle paso a la juventud. Pero no. Analía García me insiste: es verdad, me dice, queremos que encabeces nuestra lista.
Me miro al espejo: tal vez tenga que teñirme el pelo y cortarme la barba, me digo. Pero comienzo a recordar a los amigos que lo dieron todo por un poco más de dignidad en la información del pueblo y en la organización de los que se comunican con la sociedad. Se me aparece en el espejo aquel joven Emilio Jáuregui, asesinado en la calle por los sicarios pagos de siempre. ¡Cuántas ganas de dignificar la vida, el trabajo, lograr una verdadera democracia. Y ahí está sentado en el sillón de siempre de mi vieja biblioteca el mejor amigo de aquella época de luchas y sueños, Rodolfo Walsh, quien me viene a explicar porqué hay que construir las bases de la CGT de los Argentinos, Rodolfo, el mejor. El de los sueños y el coraje. El periodista por excelencia, el que informa, no el que desinforma.

Me miro al espejo y se me aparece de nuevo Emilio Jáuregui, sonriente como la última vez. Y me explica lo que debe ser periodismo y democracia. Un pibe, y ya en eso, increíble. Y Rodolfo Walsh me lleva a una villa y me pregunta: ¿informaste alguna vez de esto? Ante mi silencio, me dice casi a los gritos: ¿y qué estamos esperando?

Emilio Jáuregui, Rodolfo Walsh, me digo, tendrían que estar sus retratos en todas las redacciones argentinas. Querían que se informara sobre la verdad de nuestra sociedad, nada más que la verdad. Eso es todo lo que soñaban. Los mataron a balazos. Nuestra sociedad. La Argentina: “Ved en trono a la noble Igualdad. Libertad, Libertad, Libertad”.

No puedo negarme. Es un privilegio que gente joven lo tome del brazo a un viejo de bastón y lo ponga adelante. Sí, los voy a acompañar y les voy a hablar de mi experiencia, de los errores que cometimos, del paso lento pero firme que hay que tener para salir adelante y no repetir derrotas. Para que la información ayude a terminar con una sociedad violenta como la nuestra. Para informar y movilizar y terminar con nuestro grandes problemas: acabar para siempre con ese ominosa cifra del tres y medio por ciento de nuestros niños con hambre, ser capaces de dar un techo digno a todas las familias y acabar con las villas, y lograr una sociedad que tenga trabajo para todos. Esa debe ser la información. Llevar a primera página los problemas sociales y cómo resolverlos. El debate. Difundir ideas. El no a la corrupción, el no al poder omnímodo y la figuración. Avanzar con la opinión de todos ante las verdades demostradas.Rodolfo Walsh y Emilio Jáuregui me sonríen y me dicen: eso.
Vuelvo y a los jóvenes que han venido a ofrecerme a participar de su lista, les digo: acepto. Estaré con ustedes, con bastón, pastillas contra la tos y me teñiré las canas. Pero con toda la experiencia y el recuerdo del ejemplo de los que cayeron por una sociedad más justa.

Volveré a ser joven.

20-09-2010

14 junio, 2011

Redefinir la palabra "progreso". Osvaldo Bayer

Es increíble cómo se silencia la vida de las pequeñas ciudades, de los pueblos, aquello que tiene un verdadero valor para la ética de la vida, para la belleza local, para la verdadera historia comarcal que, por su ejemplo, a pesar de ese silencio, siempre trascienden. Los medios, en su gran mayoría, dedican sus páginas a la crisis económica, a las internas políticas, a los cambios de entrenadores de fútbol y, ahora, si Riquelme o Caranta.

Para demostrar que existen cielos, que se habla del paisaje, que hay interés por la historia o que hay pocos pero existen que se ponen tristes o se desesperan por las estadísticas del hambre de nuestros niños nos meteremos en el corazón de la tierra.

Hoy hablaremos de un lugar bonaerense pura pampa. Lo que ocurrió podría pintarse en un cuadro con rostros de adolescentes riendo, aplaudiendo, entusiasmados. Es que lo que ocurrió en Rojas no ocurrió en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. ¿Autónoma de quién? Sí, vamos a decirlo en una sola línea: el Concejo Deliberante de Rojas aprobó por mayoría un proyecto por el cual se cambia el nombre de la calle Roca por el de Pueblos Originarios. Pero aquí viene lo sorprendente: al proyecto lo presentaron alumnos del colegio secundario de la ciudad. De la ciudad. Y los representantes municipales lo aprobaron por amplia mayoría. Con una conciencia y claridad que pueden notarse en las intervenciones de esos concejales. El anteproyecto fue elaborado por los alumnos y discutido con la ayuda de los profesores Liliana Barzaghi, Javier Membriani y Andrea Tamasi sobre la base del proyecto Identidad Latinoamericana que se propone “asumir la identidad de los medios de simbolización a través de los mecanismos democráticos de participación”.

31 mayo, 2011

Entrevista con el escritor y periodista argentino Osvaldo Bayer sobre las bases históricas de la literatura, los escritores jóvenes, el Bicentenario y la importancia de la Feria del Libro de Fráncfort para Argentina

¿Qué hechos de las últimas décadas han marcado más a la sociedad argentina? ¿Han sido retomados y procesados como temas en la literatura? Los dos hechos históricos de las últimas décadas que han marcado a la sociedad argentina son, sin duda, el “peronismo” y el método de la desaparición de personas de la última dictadura militar. Los dos temas han llenado nuestras bibliotecas y las mentes de nuestros intelectuales, tanto historiadores, como sociólogos y literatos. Interpretaciones históricas, sociológicas y literarias se suceden mes a mes, tratando de explicar tal vez lo inexplicable. Inexplicable, por ejemplo, porque tratar de definir al peronismo es tarea muy difícil. Va del pensamiento de John William Cooke, marxista, a Carlos Saúl Menem, ultra liberal-conservador. Tal vez la mejor definición del peronismo la logró el novelista Osvaldo Soriano, en su libro “Cuarteles de Invierno”, cuando un periodista le pregunta al boxeador, protagonista del libro: “Dígame, usted ¿a qué partido político pertenece, qué ideología política tiene?”. Y el interrogado le responde: “no, yo no tengo ninguna ideología política ni pertenezco a ningún partido político, yo soy peronista”. En el otro aspecto, gran parte de nuestra literatura actual trata de los grandes escritores desaparecidos, es decir, asesinados por la dictadura militar. El otro tema es las prisiones y persecuciones sufridas por miles de personas, por sobre todo, jóvenes. Y, por supuesto, el tema del exilio. Serán estos también, sin lugar a dudas, temas claves para las próximas generaciones. La pregunta de fondo es: “¿qué nos pasó a los argentinos para llegar al extremo de tanta crueldad en las represiones militares?”. Recuerdo que la misma pregunta se hacían los alemanes en la posguerra. Yo fui estudiante universitario en esos años en Alemania, y era el tema fundamental: ¿qué pasó con nuestros padres que pudieron caer en un régimen así y aplaudir a un sistema tan criminal? ¿Hacia dónde va la literatura argentina de los autores jóvenes y qué la diferencia de los autores algo más veteranos? Por supuesto, cada generación tiene sus temas, sus dilemas, sus preguntas. Su clima diferente. Un entorno que cambia constantemente. El mundo modifica aceleradamente sus costumbres, sus modalidades. Las fronteras ya no influyen como antes; las culturas y sus experiencias, se mezclan. Y principalmente la relación hombre-mujer, en sus sentimientos, es diferente. Esas diferencias emocionales marcan un panorama distinto en la literatura, por ejemplo. La mujer, en busca de su independencia. Y no es ya la que espera que alguien toque a la puerta para cambiar su destino. Los tiempos se han acelerado, las libertades están llegando a su absoluto, salvo aquellas circunstancias que dependen del sometimiento a las jerarquías y a las del poder económico. Las diferencias entre autores veteranos y jóvenes en la Argentina son las mismas que en cualquier país del mundo. El clima actual de la sociedad es distinto al que vivieron los hoy adultos. Hasta el lenguaje ha cambiado. Los jóvenes escritores ya no usan el “lunfardo” ni los modismos argentinos del interior del país, sino que manejan expresiones un tanto “rockeras”, del inglés-americano, acomodadas al decir de los nuevos lenguajes de las ciudades. Mismo la gran emigración de argentinos a España ha devuelto al “idioma argentino” expresiones del idioma madre que ya por generaciones no se usaban más en esta parte de América. ¿Quién lee en la Argentina y qué? El argentino, en sí, lee mucho. A pesar de la televisión y los juegos de pantalla. Por supuesto se leen los llamados “best seller” que anuncian los diarios, y los premiados en los grandes concursos. Y en este año, el bicentenario del 25 de mayo de 1810, el día de la Libertad, así llamado, se está leyendo mucha historia. Los diarios traen, muy baratos, ediciones de clásicos de ese tema. ¿Qué influencia tienen los “nuevos medios” electrónicos en la literatura argentina? La misma que en Europa. Lo que he comprobado es que los niños leen mucho menos que cuando nosotros, los de mi generación, teníamos esa edad. Lo compruebo en las bibliotecas públicas. Cuando yo era niño concurría casi todos los días a la biblioteca pública de mi barrio y la la de lectura infatil estaba llena de chicos que leían cuentos infantiles. Hoy veo que apenas concurren uno o dos niños, los demás están jugando a los “video-games” instalados en comercios de la zona. ¿Qué papel desempeña Buenos Aires como capital de la literatura, para bien y para mal? Por supuesto, en Buenos Aires están las grandes editoriales y multitud de librerías. Pero en el interior del país nacen los grandes escritores. Tienen tiempo para contemplar, para hilar pensamientos. Para poder medir cuál es el verdadero progreso. He concurrido a muchos congresos de escritores del interior del país. Siempre reina una ambiente de humildad, de querer expresarse pero no por eso querer tener razón. Hay más tiempo para el diálogo. Se sale del salón del debate y se ven montañas o hay un río con su eterno transcurrir. Roberto ArltRoberto ArltEn Buenos Aires, el tiempo está molido por los motores, por las máquinas, por la prisa en llegar. Claro, se van pergeñando así dos clases de literaturas: una la del color, tal vez, de la esperanza. La otra, la del remordimiento, la de la ira, la de sentirse arrollado por el poder. Muchas personas con ciudadanía alemana emigraron a la Argentina antes (los perseguidos) y después de la II Guerra Mundial (los perseguidores), amén de la inmigración anterior. ¿Qué huellas culturales y literarias ha dejado la inmigración de Alemania en la Argentina?

23 mayo, 2011

América. Osvaldo Bayer


América Scarfó nos dejó para siempre. Murió el sábado pasado. Tenía 93 años. Recibí la noticia con la tristeza de saber que era la última de una época de lucha libertaria. Mi sentimiento no era otra cosa que una melancolía mezcla de enorme cariño y admiración. Fue la compañera de Severino Di Giovanni. El anarquista fusilado por el dictador golpista de uniforme: Uriburu. El 1º de febrero de 1931. Un día después era también fusilado el hermano más querido por América: Paulino Orlando Scarfó. En 48 horas le habían arrancado a la adolescente de 17 años sus dos más grandes cariños. Quedó sola, en un mundo absolutamente enemigo.

Los poetas le cantaron a América Scarfó. A finales de los ’30, el querido Raúl González Tuñón escribirá: “América Scarfó te llevará flores y cuando estemos todos muertos, América nos llevará flores”. Es que había quedado en todos el rostro de América el día en que mataron a su amado Severino: no lloraba, estaba sumamente triste, pero firme. Lo iba a seguir amando toda su vida, como me dijo cuando la fui a entrevistar, allá a comienzos de los setenta. Yo había logrado descubrir dónde estaban las cartas de amor que le había escrito Severino y que en el allanamiento de la quinta de Burzaco se había llevado la policía. Las cartas de amor más bellas que he leído en mi vida. No sólo los uniformes fusilaron a Severino sino que también hicieron “desaparecer” sus cartas de amor. Pero así como los desaparecidos de los setenta reaparecieron en sus Madres, así las cartas reaparecieron ante la búsqueda sin fin del historiador. En sus líneas de despedida, antes de recibir las balas militares, Severino le escribe a América: “Carissima: más que con la pluma, el testamento ideal me ha brotado del corazón hoy, cuando conversaba contigo: mis cosas, mis ideales. Besa a mi hijo, a mis hijas. Sé feliz. Adiós, única dulzura de mi pobre vida. Te beso mucho. Piensa siempre en mí. Tu Severino”. Antes de esas últimas líneas, se le había concedido a Severino despedirse de América, que también estaba detenida.

América le dio el último abrazo, él la besó. Le pidió a ella que cuidara de los hijos de él y de Teresina, su esposa. América le dijo: “voy a seguir con tu recuerdo hasta mi muerte”. El la miró con mucha tristeza y le respondió: “¡Oh, Fina, tu sei tan giovane!”. Se besaron de nuevo. América salió mirándolo a Severino. Por ello tropezó con una rejilla y Severino le gritó: “¡ten cuidado!”.

Los más destacados periodistas de Buenos Aires estuvieron en el fusilamiento. La mejor crónica fue la de Roberto Arlt, que no puso ningún comentario propio sino sólo la descripción de ese teatro irracional de la fuerza bruta contra las ideas.

16 mayo, 2011

El Santo de Ushuaia. Osvaldo Bayer

"Mil y mil veces maldita, tierra aborrecida del crimen, del sufrimiento y del sicario. Bajo el azote helado de tus huracanes gime el hombre; la angustia roe las almas de las víctimas; los abnegados, los Radowitzky, agonizan, mártires de la chusma del máuser, y, sobre el hórrido concierto de sollozos se oye siniestra la carcajada del verdugo."

Así comenzaba un volante del diario anarquista La Protesta, para el 1º de Mayo de 1918, el Día de los Trabajadores. Estoy en Ushuaia, en el edificio del antiguo penal, y hablo sobre Simón Radowitzky ante una concurrencia formada principalmente por gente joven. Nunca hubiera soñado antes que iba a tener esa posibilidad. En los años setenta publiqué un libro que se titulaba Simón Radowitzky, ¿mártir o asesino?, que fue a parar a la hoguera de la dictadura de los Videla y Massera. ¿Quién era ese Simón Radowitzky que había sido una figura legendaria del movimiento obrero en las tres primeras décadas de este siglo y que había pasado veintiún años de su vida en la cárcel, la mayoría de ellos en el penal de Ushuaia, una de las páginas más negras de la historia penal del género humano de la cual tendríamos que avergonzarnos los argentinos? Y que se mantuvo no sólo durante el gobierno de los conservadores liberales sino también durante los tres gobiernos primeros del radicalismo. Los que más cantaron a Simón Radowitzky, llamado el "mártir de Ushuaia" fueron los payadores criollos en los mitines y asambleas obreras.

"Traigo aquí para Simón
este manojo de flores,
del jardín de los dolores
del alma y del corazón:
traigo para aquel varón
valiente y decidido,
este manojo que ha sido
hecho con fibras del alma,
en un momento sin calma
de rebelde convencido."

Así cantaba el payador Manlio por la década del veinte.
Es que Simón había corporizado la violencia de abajo al matar de un preciso bombazo al jefe de policía coronel Ramón L. Falcón después que éste reprimió brutalmente la manifestación obrera del 1º de Mayo de 1909. Ese día ocurrirá la más grande tragedia obrera hasta ese momento de nuestra historia social. La policía montada al mando del comisario Jolly Medrano, después de que sonara el clarinazo de ataque ordenado por el propio coronel Falcón, se lanza sobre las columnas obreras en la Plaza Lorea. Parece una estampa de la Rusia imperial cuando los cosacos atacaban concentraciones de famélicos proletarios en San Petersburgo o en Moscú. En la historia de las represiones obreras, la del coronel Falcón quedó como una de las más cobardes y alevosas. En un primer momento se cuentan treinta y seis charcos de sangre. Para explicar el drama, el militar traerá el argumento que todavía hoy se emplea en la Argentina: le echa la culpa a los "agitadores". Seguirán días de paro general proclamado por la FORA que tendrá un desarrollo muy violento. Esos días continuará la brutal represión y se seguirán sumando los muertos. Los obreros no se rinden porque:

08 mayo, 2011

Carta a Rodolfo Walsh. Osvaldo Bayer

Pese a que nací el mismo año que Rodolfo Walsh, siempre lo consideré un maestro. Pese a su asesinato por los sicarios de Massera, Rodolfo sigue hoy más vivo que nunca a través de sus escritos y su ejemplo. Por eso, en el aniversario de su muerte le escribí una carta sabiendo de antemano que me va a responder desde sus libros, cada vez que yo los vuelva a releer. Esta fue mi carta:

"Querido Rodolfo:

Tu carta a la Junta Militar lo previó todo, denunció todo, dijo todo. La escribiste aquí, en tierra y de frente. Basta comparar tus límpidas, escuetas verdades, con el último decreto de los militares que decretó la autoamnistía de los generales en huida, el firmado por aquel Bignone, el único oficial de la historia que entregó a sus propios soldados para que los asesinaran. Vos, con la palabra allí, de frente, sin moverte. Los generales con sus picanas, sus pentonavales, sus capuchas, que ya pensaban en la fuga. Desde el momento en que cerraste el sobre con tu misiva ya comenzaba la derrota del plomo. Tu palabra y tu ética, Rodolfo. Por eso tu nombre ya está en una esquina porteña. Tan pronto, contigo, la Historia hizo su selección. Vos el 'terrorista', listo a la discusión otra vez. Los occidentales y cristianos Videla, Massera y toda su cohorte de amanuenses ya en el techo de la basura de la historia, por los siglos de los siglos. Vos, sin títulos, sin premios. Es que marcaste a fuego, sin proponértelo, al resto de los intelectuales argentinos. Los hubo quienes se sentaron a la diestra del dictador a la mesa servida del triunfo de la picana y hubo otros que no oyeron ni vieron ni hablaron cuando los balazos te fueron llevando la vida. Habrás sonreído cuando leíste la nómina de intelectuales que ahora adhieren a tu recuerdo. Los que te negaron al tercer canto del gallo hoy se apresuran a aplaudirte. ¿Y que dirán aquellos científicos de las letras, faraones y mandarines de cátedras e institutos que te calificaron esteta de la muerte? Hoy se apresuran a poner tus libros en las vitrinas oficiales. Pero nunca le diste importancia a esas cosas. Con tu máquina de escribir te metiste en los intestinos del pueblo, en el dolor y la humillación de la pobrería, de los azuzados. Mientras otros se dedicaban a cuchilleros o hacían romanticismo con antiguos generales fusiladores, vos -decepcionando a los críticos literarios consagrados- te metías en la actualidad: ¡oh pecado!, y todas sus mafias. Algo imperdonable para el olimpo y los repartidores de prebendas. Pero ni reparabas en esto. Trascendías a todas las sectas de café y de cátedra. Estabas en la calle con los perros y los piojos, los jóvenes y los ilusos, eras el Agustín Tosco de las redacciones. Agustín Tosco ¿te acuerdas de ese muchachón en overol que hablaba de cosas como justicia e igualdad, dignidad y deber? Palabras que no figuran más: hoy todos nos empujamos por aparecer en tapa. Te tomaste en serio la palabra. Exageraste en eso de la verdad. Además siempre creíste que había llegado el momento de descifrar ya los jeroglíficos y las claves. Dedicabas tu tiempo a eso mientras los otros trepaban, trepaban. En una sociedad maestra del trepar soñabas con implantar normas que permitieran un país donde todos tuvieran una canilla con agua y maceta con malvones. ¿Por qué tu insistencia si ya se había demostrado que todos esos intentos terminaban como le fue a Rosa Luxemburgo, con un balazo en la nuca y con el rostro en un charco de lodo? Cometiste otro gran error que tampoco los mandarines de las letras podían perdonarte: hiciste la mejor literatura con un estilo directo, claro, preciso, como el de un maestro primario rural. Te entendían y te entienden todos. Rompiste el mito sagrado que un intelectual debe ser un travesti de las palabras y no un sembrador de quimeras y rebeldías. Tu más grande pecado fue hacer arte literario puro con sólo los siete colores primarios.

Te arrojaron vivo al mar, te enterraron como NN, te quemaron en una pira. Y aquí estás, en medio de Buenos Aires. Tan rápido la historia puso las cosas en su lugar. Pero éste es el primer paso. Porque ahora queremos saber el nombre y apellido de tus asesinos. En sí, ya los sabemos pero exigimos que lo digan los jueces y el gobierno. Porque no vayamos a creer que todo se arregla con una plazoleta. Porque seria cínico si no pusiéramos aquí también, en una placa, el nombre de tus asesinos. No aceptaríamos que los jueces nos digan que ya no es posible por las leyes de punto final y obediencia debida. Porque en ese caso tendríamos que poner el nombre de los que te asesinaron por segunda vez: los legisladores que votaron esas leyes, el espurio salvoconducto del crimen. Pero no nos mintamos. Si hoy estuvieras vivo te calificarían con los remoquetes que acostumbra el 'peronista' que está en la Casa Rosada: 'ultraizquierdista' o 'infiltrado al servicio de los intereses extranjeros'. Pero vos seguirías imperturbable. ¡Las cosas que tendrías que decir! Vos que estuviste en aquella CGT de los Argentinos tendrías tanto que hablar del señor Cassia y de la flexibilización, y de la venta de armas para matar a otros latinoamericanos, y de los bastones largos contra los pañuelos blancos de las Madres, y de los ministros de la dictadura que te asesinó y que hoy son ministros de la democracia... y de los pibes en las calles que jamás tendrán un canilla con agua y una maceta con malvones. Por algo quisieron silenciarte. Pero no lo lograron. Tus libros están de nuevo en bibliotecas y colegios. Con ellos se formarán nuevos curiosos de la verdad. Porque la ética es como una cadena sin fin que viene desde el comienzo de la Historia. Y gracias a esa ética y gracias a los Rodolfo Walsh que se fueron dando la mano, hoy todavía hay vida en este mundo. Gracias Rodolfo. Qué alegría nos ha dado el verte de nuevo entre nosotros, para siempre".

30 abril, 2011

Nunca Más. Informe de la Conadep. Ernesto Sabato

Durante la década del 70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda, fenómeno que ha ocurrido en muchos otros países. Así aconteció en Italia, que durante largos años debió sufrir la despiadada acción de las formaciones fascistas, de las Brigadas Rojas y de grupos similares. Pero esa nación no abandonó en ningún momento los principios del derecho para combatirlo, y lo hizo con absoluta eficacia, mediante los tribunales ordinarios, ofreciendo a los acusados todas las garantías de la defensa en juicio; y en ocasión del secuestro de Aldo Moro, cuando un miembro de los servicios de seguridad le propuso al General Della Chiesa torturar a un detenido que parecía saber mucho, le respondió con palabras memorables: «Italia puede permitirse perder a Aldo Moro. No, en cambio, implantar la tortura».

No fue de esta manera en nuestro país: a los delitos de los terroristas, las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor que el combatido, porque desde el 24 de marzo de 1976 contaron con el poderío y la impunidad del Estado absoluto, secuestrando, torturando y asesinando a miles de seres humanos.

Nuestra Comisión no fue instituída para juzgar, pues para eso estan los jueces constitucionales, sino para indagar la suerte de los desaparecidos en el curso de estos años aciagos de la vida nacional. Pero, después de haber recibido varios miles de declaraciones y testimonios, de haber verificado o determinado la existencia de cientos de lugares clandestinos de detención y de acumular más de cincuenta mil páginas documentales, tenemos la certidumbre de que la dictadura militar produjo la más grande tragedia de nuestra historia, y la más salvaje. Y, si bien debemos esperar de la justicia la palabra definitiva, no podemos callar ante lo que hemos oído, leído y registrado; todo lo cual va mucho más allá de lo que pueda considerarse como delictivo para alcanzar la tenebrosa categoría de los crímenes de lesa humanidad. Con la técnica de la desaparición y sus consecuencias, todos los principios éticos que las grandes religiones y las más elevadas filosofías erigieron a lo largo de milenios de sufrimientos y calamidades fueron pisoteados y bárbaramente desconocidos.

Son muchísimos los pronunciamientos sobre los sagrados derechos de la persona a través de la historia y, en nuestro tiempo, desde los que consagró la Revolución Francesa hasta los estipulados en las Cartas Universales de Derechos Humanos y en las grandes encíclicas de este siglo. Todas las naciones civilizadas, incluyendo la nuestra propia, estatuyeron en sus constituciones garantías que jamás pueden suspenderse, ni aun en los más catastróficos estados de emergencia: el derecho a la vida, el derecho a la integridad personal, el derecho a proceso; el derecho a no sufrir condiciones inhumanas de detención, negación de la justicia o ejecución sumaria.

De la enorme documentación recogida por nosotros se infiere que los derechos humanos fueron violados en forma orgánica y estatal por la represión de las Fuerzas Armadas. Y no violados de manera esporádica sino sistemática, de manera siempre la misma, con similares secuestros e idénticos tormentos en toda la extensión del territorio. ¿Cómo no atribuirlo a una metodología del terror planificada por los altos mandos? ¿Cómo podrían haber sido cometidos por perversos que actuaban por su sola cuenta bajo un régimen rigurosamente militar, con todos los poderes y medios de información que esto supone? ¿Cómo puede hablarse de «excesos individuales»? De nuestra información surge que esta tecnología del infierno fue llevada a cabo por sádicos pero regimentados ejecutores. Si nuestras inferencias no bastaran, ahí están las palabras de despedida pronunciadas en la Junta Interamericana de Defensa por el jefe de la delegación argentina, General Santiago Omar Riveros, el 24 de enero de 1980: «Hicimos la guerra con la doctrina en la mano, con las órdenes escritas de los Comandos Superiores» . Así, cuando ante el clamor universal por los horrores perpetrados, miembros de la Junta Militar deploraban los «excesos de la represión, inevitables en una guerra sucia» , revelaban una hipócrita tentativa de descargar sobre subalternos independientes los espantos planificados.

27 abril, 2011

El general y la madre. Osvaldo Bayer


El general y la madre. Un buen título para un Dürrenmatt. El general ha iniciado juicio contra la madre. Pide severas penas contra ella. El general exhibe treinta y dos medallas en el pecho, las hemos contado una por una. Para que no se le deforme la chaquetilla las ha reemplazado por pequeños trocitos de géneros colorinches. Del lado derechos del pecho lleva sus distintivos, entre los cuales se destaca la de oficial del Estado Mayor. El general que durante toda su vida se calló la boca, se tapó los oídos y miró para arriba tiene treinta y dos medallas. La madre como único distintivo lleva un pañuelo blanco en la cabeza, como nuestras abuelas campesinas cuando llegaron a las pampas. El general ha iniciado su batalla más ardua. La ha emprendido contra la Madre de Plaza de Mayo porque ésta lo llamó "encubridor de violaciones a los derechos humanos". La madre había dicho textualmente estas palabras inequívocas y sujetas a una única interpretación, así, sin adornos metafóricos ni leguleyos.

En este sentido, el juez federal Jorge Ballesteros no tendrá que recurrir a los códigos antiguos ni modernos o a intérpretes del derechos positivo en la materia. Pero la madre habló aún más claro. Dijo que el general "si estuvo durante la dictadura militar en una embajada, al callarse la boca, colaboró en tapar los crímenes de su ejército; si estuvo en un cuartel, o dio o recibió órdenes que movieron la maquinaria de la tortura, el robo y el asesinato de miles de personas, es un asesino; si lo hizo por obediencia debida tendría que haber denunciado lo que vio, lo que calló y lo que supo, como primer deber de un ciudadano honesto. No lo hizo, entonces es un encubridor. Y un encubridor es un criminal. No cabe otra interpretación. Esa es la verdad". ¿Cabe otra interpretación de la conducta del general Balza? Los políticos la harán de acuerdo a la conveniencia de decir justo ahora esa verdad. Los negociadores por excelencia tratarán de ignorar el episodio, o mejor dicho, ignorar la verdad de la madre.

04 abril, 2011

El coraje civil y sus principios. Osvaldo Bayer

Los ajeros. Allá, en Rodeo del Medio, Maipú. Sí, en Mendoza. Los trabajadores de la tierra más maltratados por los dueños de todo. En estas páginas ya fueron protagonistas. Pero los dueños del ajo argentino no cejan en sus ansiedades de ganar en vez de repartir a cada uno lo suyo como aconsejan la racionalidad y la justicia entre los seres humanos. Aunque los ajeros tomaron conciencia de la explotación que sufren. Ya volcamos sus sentimientos ante la explotación, sus sueños de reivindicación. Que sus manos cosechadoras sean respetadas. Los ajeros, casi en su totalidad, bolivianos. Explotados en la tierra donde San Martín inició su marcha hacia la libertad de los pueblos latinoamericanos sin caer en la necedad y el egoísmo bastardo de las fronteras. En ese puente a la libertad que fue Mendoza, hoy se explota justo a los hijos de esas tierras su-damericanas que tendrían que ser hijos de una tierra para todos.

Los ajeros son explotados por los intermediarios que se quedan con parte de la paga de los recolectores. El convenio colectivo establece un valor por caja cosechada que no se respeta. Actualmente trabajan diez horas por día. Recordemos que los obreros argentinos comenzaron a luchar por la jornada de ocho horas en 1890.

Nuestros ajeros exigen que el trato sea directamente con los patrones y no con los intermediarios llamados “cuadrilleros”. Se ejerce violencia contra los ajeros, como la que le ocurrió a Dalmiro Condory, que fue atropellado por una camioneta, en tanto que a otros ajeros les fueron arrojadas piedras cuando trabajaban. Las condiciones de trabajo llegan hasta la humillación: “Hacen dormir hasta tres parejas por habitación con sus chicos”, declaran. En algunos lugares reinan condiciones como las de los esclavos antes de 1813. En ese sentido ha comenzado a actuar la Unión de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), que recordó a los patrones que los recolectores del ajo están comprendidos bajo el régimen de trabajo agrario, Ley 22.248.

29 marzo, 2011

De eso ya se habla. Osvaldo Bayer

Poco a poco, la ética se está adentrando en la interpretación de nuestra historia. Hace unos días, en el propio salón de actos de la Legislatura de Buenos Aires, se realizó un encuentro en el cual se puso el acento en lo que nos pasó a los argentinos en el tratamiento de los pueblos originarios que viven desde hace siglos en estas tierras. Sí, justo allí. En ese edificio, donde hace muy poco se echó la culpa de todos nuestros males a los “trapitos” y a los “limpiavidrios”, se hizo un análisis histórico y se debatió con total amplitud cómo fueron traicionados los principios de Mayo en nuestra historia posterior, basada en el derecho del más fuerte, en el poder de los dueños de la tierra, en los políticos personalistas, en dictaduras militares cada vez más repetidas, y en el atroz proceder racista contra los pueblos originarios.

Se discurrió acerca de la docencia sobre la base de la Libertad y la Verdad, el respeto a los intereses mutuos, y cómo llegar a eso que repetimos al cantar el himno: “ved en trono a la noble igualdad”. Cómo concretar esas sabias palabras de Esteban Echeverría, escritas en 1837: “Asociación, progreso, libertad, igualdad, fraternidad, términos correlativos de la gran síntesis social y humanitaria, símbolos divinos del venturoso porvenir de los pueblos de la humanidad. La libertad no puede realizarse sino por medio de la igualdad, y la igualdad, sin el auxilio de la asociación o del concurso de las fuerzas individuales encaminadas a un objeto: el progreso continuo. El camino para llegar a la libertad es la igualdad. La Igualdad y la Libertad son los principios engendradores de la Democracia”.

¿Dónde quedó esa democracia un siglo después, con la serie de dictaduras militares que llegaron a su más alto índice de abyección con el sistema de la desaparición de personas y el robo de los niños a sus madres? Es increíble. Del pensamiento de Mayo a la picana eléctrica de Uriburu-Lugones.

Lo que nos caracteriza a los argentinos de lo que hicimos con el Pensamiento de Mayo de un Mariano Moreno, un Belgrano o un Castelli, lo tenemos allí: en la Diagonal Sur. A esos pensamientos libertarios, tan libertarios que emocionan, los convertimos en el bronce para hacer la estatua del genocida Roca. Justo un producto de aquella Década Infame que comenzó Uriburu en el ’30 y prosiguieron los políticos de la hipocresía desmandada: el Fraude Patriótico. Y desde ese momento, Roca, el genocida, nos ha marcado el ritmo a los argentinos: no el “ved en trono a la noble igualdad en Libertad”, sino el latifundio, los niños con hambre y las villas miseria.

Sí, fue en el salón de la Legislatura donde –no por supuesto por parte de los legisladores, claro está (aunque algunos de ellos estuvieron en las primeras filas del público dando su solidaridad con los estudios históricos que allí se debatieron)– se realizó esa fiesta de la libertad de ideas y de opiniones. Comenzó con un prólogo de música de la tierra, con esa música profunda, sencilla, como ecos de trinos de mil aves distintas. Y se leyeron poesías acerca de la tierra y su gente escritas por monseñor Angelelli, aquel obispo mártir, asesinado por los uniformados de turno. Ese obispo, además de luchador inclaudicable de los derechos de la gente de la tierra, los describía en idioma poético. Poesías para recitar al compás de guitarras gauchas, para enseñar en nuestras aulas. Angelelli, cuyo cuerpo quedó tirado en la ruta sólo porque quería la dignidad para toda su gente, la gente humilde, de andar pausado que sabe acariciar a la naturaleza.

24 marzo, 2011

Rodolfo Walsh: Hay cosas que sería útil que fueran dichas

Marzo de 1972. De los papeles personales de Rodolfo Walsh, reflexiones sobre su vida y su escritura. Walsh textual.

"Martes 14. Entre el sábado y el lunes lectura de la novela de Paco (Urondo). Agitó muchas cosas, entre ellas el siempre latente problema de la escritura.

Aunque es evidente que no me considero ya un novelista, que no me veo consagrando mi vida a escribir novelas, ni siquiera una novela, también es cierto que hay cosas que podría decir que me gustaría decir que sería útil que fueran dichas.

Pienso que mi vida como muchas vidas ilustra cosas, que esas cosas serían más claras para algunos de los demás para aquellos a quienes quiero entre los demás si yo encontrara una forma verídica sincera de sintetizar esa vida y esa experiencia.

¿Cuál sería el método? Imagino de pronto una especie de inventario de todas las cosas los lugares las ideas sobre todo las personas que se han acumulado en mi memoria. Tal vez si hiciera ese inventario encontraría luego el hilo conductor que lo justificará literariamente pero sobre todo su razón de ser histórica política.

Porque si yo muriera mañana una parte de mi vida –esta parte de mi vida- podría parecer insensata y ser reclamada por algunos que desprecio e ignorada por otros a los que podría amar. Desde luego esa reivindicación personal no es lo que más importa –aunque no sea totalmente capaz aún de renunciar a ella. Lo que importa es el proceso que ha pasado por mí la historia de cómo yo cambié y cambiaron los demás y cambió el país.

Lo que importa es cómo pudo nacer aquí en este lugar dejado lo que está naciendo. Importan también los otros, los responsables, los chantas: yo me entiendo por ahora.

Imagino también un inventario de las cosas que quiero y las cosas que odio: ya lo dije. Las cosas que quiero mis hijas el trabajo oscuro que hago los compañeros el futuro los que no obedecen los que no se rinden los que piensan y forjan y planean los que actúan el análisis claro la revelación de lo escondido el método cotidiano la furia fría la alegría general que ha de venir un día la gente abrazándose la pareja en su amor la esperanza insobornable la sumersión en los otros.

Las cosas que odio que desprecio la traición la estupidez Frondizi la televisión Jacobo los yanquis de la Esso o los ingleses de la Shell porque estos hijos de puta son cuñas del mismo palo Bernardo Neustad los mercenarios los discursos de los generales las turritas y los pavos de la publicidad oliendo a la colonia que mata los comunistas del partido los falsos profetas de la izquierda acalambrada la camiseta peronista el bigote peronista el odio de los oligarcas la cultura de La Prensa la senilidad de Borges la convicción de Gleyzer o de Aizcorbe los que matan a la gente los torturadores los farsantes los radicales del pueblo sobre todo si son jóvenes y una lista inmensa inalcanzable que se podría tratar de perfeccionar.

¿Qué hago yo con todo eso? Empiezo a juntarlo y empiezo a mirarlo empiezo a estudiarlo empiezo a ver si se deja escribir. Y si no se deja mala suerte será como la primera nenita que no se dejó cuando yo tenía ocho años y ella tal vez seis. Porque si no es sobre eso no vale la pena escribir sobre nada".

Rodolfo Walsh 14/3/72
Fuente: "La Voluntad. Tomo I" de Anguita-Caparrós, págs 535/536
Nota: la ausencia de comas es textual del libro, a su vez textual del original.

16 marzo, 2011

Las astucias de la servidumbre-REPORTAJE A DAVID VIÑAS

Domesticación o barbarie

­En una época ­pienso en Contorno, para poner un ejemplo- hubo grandes polémicas culturales en la Argentina. ¿Qué pasa ahora? Da la sensación de que ya no hay debate, de que circula una especie de cortesía en el mundo intelectual, de que nadie quiere irritar a los otros.

­¡Ah, eso! La cautela, la cautela. Parecería que cierta cosa polémica (y esto ya lo verifiqué en España) es algo así como barbarie. ¿Qué es lo que se ha postulado y logrado aquí: una especie de domesticación del intelectual. Ya no es civilización o barbarie; es ser domesticado o bárbárbaro. ¿Está claro? Si de eso se trata, postulo una especie de barbarización del espacio intelectual. Digo, ¿no? Lo que subyace es temor a las secuelas, a...

­ ¿Perder espacios?

­...Puede ser, desde ya... perder espacios... aparecer como excesivo, perder la calidad de intelectual televisivo, de intelectual más o menos mimado. Y esto quiere decir privilegios. Privilegios indudables, ¿no? Entonces, es mejor entrar en el juego presuntamente irónico...

­... elegante.

­Por un lado. Y por otro, quizá, considerablemente, un miedo a que la cosa se exacerbe y que de la simple polémica intelectual se vaya al reconocimiento de, digamos, la guerra civil permanente. Es decir, en última instancia, no llevemos esto a zonas más graves. Yo creo que tenés razón vos: ahí aparece la cortesía. Paremos la mano, porque esto es empezar a tirar pálidas, es exacerbar la discusión, es hablar de cosas que, mejor, dejémoslas para más adelante. Ya. Está bien: enfriemos la cosa, seamos lo suficientemente educados y civilizados como para que esto no parezca algo de mal gusto.

15 febrero, 2011

La lucha continúa. Osvaldo Bayer

Desde Bonn, Alemania

Valió la pena iniciar la lucha por hacer justicia con alguien que lo mereció siempre: Agustín Tosco. Ya es la tercera nota que escribo sobre él, desde que me enteré de que a la Avenida de Circunvalación de la ciudad de Córdoba le habían quitado el digno nombre del dirigente obrero. Nombre que había sido aprobado por unanimidad por los representantes de esa ciudad elegidos por el pueblo. La eliminación la hizo la Legislatura provincial sin argumento ninguno. Para colmo, y como hecho negativo hacia los principios democráticos, se hizo “sobre tablas”, sin discusión previa, de acuerdo con la propuesta del diputado provincial Passerini. Como conocí profundamente a Tosco, lo invité al diputado Passerini a una discusión pública acerca de ese hombre del pueblo, de absoluta humildad, que siempre marchó al frente en la lucha contra las dictaduras militares, que dio la cara para denunciar las injusticias de nuestra sociedad y que murió perseguido por la fuerza brutal oficialista y asesina de las Tres A.

Si existe un ejemplo de un ciudadano que sale a la calle para defender la dignidad del ser humano en tiempos de crímenes oficiales y dictaduras de métodos que nos avergüenzan como argentinos, ese ejemplo es el de Agustín Tosco. Y justo ahora, que se le habían reconocido todos esos méritos a ese verdadero ejemplo de dignidad, la Legislatura cordobesa, entre gallos y medianoche, le quita su nombre a una avenida. No se pregunta al pueblo, no, se vota “sobre tablas”, sin discusión. Más cuando es conocido el hecho de que, poco antes, una emisora cordobesa propuso a los oyentes que votaran al cordobés más querido de la historia de esa provincia. ¿Y quién ganó por mayoría? Agustín Tosco. Lo mismo ocurrió con la escuela EEM Nº 2, DE 16, cuyo nombre fue votado por alumnos y docentes y hoy se llama “Agustín Tosco”. Y, como si fuera poco, la Escuela de Enseñanza Media Nº 7, que funciona en la unidad carcelaria Nº 39 de Ituzaingó, también lleva ese nombre elegido por alumnos y docentes. Y no “sobre tablas”, sino con el debate acerca de cada nombre de candidatos.

La quita del nombre del luchador a esa avenida cordobesa produjo una reacción inmediata: se pronunciaron diversos organismos sociales y sindicales y personas de distintos lugares del espectro social y cultural cordobés. Pero quienes pusieron la cara de inmediato en la protesta fueron nada menos que los hijos de Tosco, Marina y Héctor Agustín, y su nuera, la abogada Mabel Sessa, quienes iniciaron una causa judicial para que se devuelva el nombre de ese héroe del pueblo a esa arteria. Y en ese sentido, ya han sentido una gran alegría en el primer paso que ha dado la Justicia. Justamente cuando estoy escribiendo esta nota me llega la noticia de la resolución del juez Juan José Viñas y firmada también por Ana Laura López, prosecretaria letrada. Por ello “se hace lugar a la medida cautelar solicitada y en consecuencia se ordena a la Dirección Provincial de Vialidad, dependiente del Ministerio de Obras y Servicios Públicos, se abstenga de aplicar la Ley 9869 hasta que recaiga resolución en los presentes autos, en particular cuando dispone acerca de la impresión de la denominada Avenida de Circunvalación Gobernador Juan Bautista Bustos a la Avenida de Circunvalación ‘Agustín Tosco’ de la Ciudad de Córdoba en mapas, carteles, señales y toda otra indicación que sobre la mencionada avenida se efectúe, de acuerdo con la Ley 8555 a cuyo fin ofíciese”. La familia no se rinde y ante el insulto a su padre recurrieron a las instituciones de la democracia para que lo que se trató “sobre tablas” sea tratado por la Justicia. Esta medida cautelar es ya un primer paso al Derecho.

El gobierno cordobés hace pocos días se había dado cuenta del injusto “error” y por eso el gobernador de Córdoba, doctor Schiaretti, en su discurso del 1º de este mes ante la Legislatura, señaló que la avenida que une Córdoba con Salsipuedes pasará a llamarse Agustín Tosco, es decir, otra avenida, no a la que ya llevaba su nombre.

Esto ayuda a la reflexión: entonces, ese hombre, Tosco, es merecedor de ese homenaje. Y nace la pregunta: ¿Y por qué entonces se quitó el nombre a la otra avenida? ¿Con qué razón? ¿Por qué no se explicó al pueblo el motivo en vez de tomar “sobre tablas” esa medida de desconocer el nombre de Tosco?

Los hijos de Tosco y todos aquellos que los acompañamos en su dolor ante la injusticia no aceptamos ahora este juego del cambio de avenida. Queremos que la Avenida de Circunvalación cordobesa siga teniendo el nombre de él. Como se ordena en la medida cautelar de la Justicia. Y no aceptar ahora el cambio por otra. Además, que se diga bien claramente por qué se borró el nombre del luchador y ahora se le pone a otra calle. Es un juego un poco mezquino, además del “sobre tablas” del diputado Passerini. Tengan la valentía y la grandeza, los que tomaron esa medida, de reconocer el error y la humillación que significó para los hijos de Tosco, y para todos aquellos que lo conocimos, cometer tanta mezquindad, y de devolver el nombre que quitaron. Demostrarán espíritu democrático en ser capaces de pedir disculpas a la ciudadanía.

No se trata sólo del nombre de una calle. Se trata de meterse en la historia de los pueblos y dignificarla. Es mucho más honesto decir: “Sí, nos equivocamos” que buscar otros subterfugios para explicar una medida de muy pobre moral.

Por ejemplo, por si los diputados cordobeses lo ignoran, les transcribo las palabras que pronunció la profesora Patricia González Tizón al bautizar la Escuela Nº 2 del Distrito 16 con el nombre de este Hijo del Pueblo. Terminó su discurso con estas palabras: “Nuestra escuela está orientada en Ciencias Sociales. Muchos de nuestros alumnos serán los que deban buscar respuestas a viejos y nuevos desafíos. Creemos que en la figura de Tosco, ejemplo de lucha, está la clave. En los testimonios de aquellos que lo conocieron se reiteran una serie de palabras asociadas a su persona: honestidad, sencillez, coraje, perseverancia, solidaridad, generosidad, coherencia. ¡Cuántos valores para trasmitir, qué nombre tan digno para nuestra escuela!”

Algo para que los diputados cordobeses, encabezados por el legislador Passerini, analicen, y así rectifiquen su conducta.

Bien, pasemos al viejo mundo, siempre con sus búsquedas, sus retrocesos y sus adelantados. Porque así como en Córdoba hay gente con coraje civil que ha reaccionado contra lo cometido en la humillación de la memoria de Tosco, hay también en Europa gente que cuando ve algo que humilla al ser humano también sale a la calle. Aquí, en Alemania, el tema central de debate se ha conformado en la Iglesia Católica. Ya adelantamos la discusión interna que se originó cuando llegaron las denuncias en toda Europa del abuso sexual de niños en colegios católicos. Y la discusión ha llegado ya a la misma conformación de la fe católica, apostólica, romana. Nada menos que 144 teólogos católicos han presentado un documento a la Conferencia Obispal Alemana por el cual se solicita la finalización del voto de castidad para los sacerdotes y que se permita también investir la misión sacerdotal a las mujeres. Señala el documento que luego de los escándalos sexuales, la Iglesia Católica ha caído en una crisis única que señala la necesidad de una profunda reforma. El secretario de la Conferencia Obispal saludó, en primera instancia, la iniciativa como “señal de que los teólogos desean participar en un debate sobre el futuro de la Fe y de la Iglesia”. Y dejó prever que era necesario comenzar una discusión interna sobre el sacerdocio femenino y el reconocimiento de la homosexualidad.

Los teólogos firmantes del documento representan una tercera parte del profesorado universitario en la formación de sacerdotes. El documento se interpreta como una base de discusión antes de la llegada del papa Benedicto XVI, que visitará Alemania en septiembre próximo. Además, los teólogos exigen el reconocimiento de las parejas de homosexuales y de los nuevos casamientos de ya divorciados. Quieren llegar a la discusión de los temas que más duelen y no tapar todo con ceremonias espectaculares de ritos que olvidan el meollo de la realidad humana. También exigen que el nombramiento de las autoridades eclesiásticas no se haga de acuerdo con una costumbre autoritaria sino con la participación de la grey. Se señala que hay que terminar con el sistema jerárquico actual que más se parece al de una organización militar que al de una comunidad civil. El teólogo Hensbach declaró sin tapujos que “los problemas de la Iglesia Católica ya no se deben barrer bajo la alfombra, sino tratarse abiertamente”.

Y para superar la evidente falta de aspirantes a sacerdotes entre la juventud católica se señala que debe permitirse ya a hombres casados ejercer dichas funciones. Antes hubiera sido imposible que los teólogos presentaran un documento así, habrían sido expulsados inmediatamente de la Iglesia. Pero se nota que los tiempos cambian. El oscurantismo ya no es la forma que ayuda a mantener formas y fundamentos. Lo único que vale es el debate, el diálogo que ayude a solucionar en primer término los problemas de esta humanidad y terminar con el mito de pensar el Paraíso para los que se portan bien y el Infierno para los que se portan mal.

Ha comenzado pues, por fin, una discusión interna en la Iglesia Católica sobre temas silenciados durante siglos. Una buena señal.

17 enero, 2011

El almirante que mostró la hilacha. Osvaldo Bayer

Ante la muerte del genocida Massera

Un personaje tan completo como el muerto no vamos a encontrar en toda la historia argentina. Completo en su total decadencia moral, crueldad, ambición fuera de toda medida. Almirante de la Marina de Guerra de la Nación. Massera, a secas.

Traicionó, como otros tantos uniformados en nuestra historia desde 1930, a su juramento pronunciado al recibirse de guardiamarina de ser fiel a la Constitución Nacional. Pero, claro, ante tantos otros ejemplos desde Uriburu, en ese 30, ya casi sólo sería un delito argentino. No, lo feroz de su conducta se puede sintetizar en una sola palabra: la ESMA. Para qué más. Basta ver la celda mínima donde estuvieron tiradas en el piso durante seis meses las tres primeras Madres de Plaza de Mayo. Arrojadas luego desde un avión, vivas, al río. Almirante Massera, esa fue su máxima acción de guerra como almirante. Almirante argentino.

La ESMA: una fábrica del máximo horror a lo Massera. Sí, esa expresión va a quedar para siempre en la historia: Torturar a lo Massera, hacer desaparecer a lo Massera, robar niños a lo Massera.

Y su ambición, sus negocios, su afán de figuración, su ansia de poder: quería ser presidente, millonario, estanciero, empresario, propietario de todo lo que tenía a su alcance. Y llegó sólo a ser un infame y corrupto traidor a todo principio de ética, de humanismo, de grandeza. Eso sí, cuando entraba en una iglesia era el primero que se arrodillaba y santiguaba. Completo. ¿Dónde aprendió todo eso? ¿De sus padres, en la Escuela Naval, en los cursos de oficiales, en su conocido fervor católico?

Massera. Un vocablo que quedará para siempre entre los próceres de la picana eléctrica, invento argentino. Una galería interminable que empieza con el comisario Polo Lugones, el coronel Falcón, el teniente coronel Varela... y la lista sería interminable en esta historia argentina que comenzó con aquellos increíbles hombres de Mayo. Los nombro: Belgrano, Moreno, Castelli, Monteagudo. Y nace la pregunta desesperada: ¿qué nos pasó a los argentinos? Desde aquel Mayo a ese marzo del 76 en que iba a empezar la marcha hacia la desaparición del respeto a la vida. Comienza la “desaparición” llamada ya la “muerte argentina” en los diccionarios de ideas afines. Para siempre. Videla, Massera, Agosti, Viola, Galtieri, y cien, mil más, todos los que obedecieron, y sus civiles: Martínez de Hoz y los ministros que juraron por “Dios y por la Patria” y sus embajadores y sus soplones y rufianes.

¿Qué más podemos escribir de este ser que acaba de morir: de sus negociados, sus veleidades, sus calenturas, su sonrisa siempre cínica? ¿Para qué? Si basta con nombrar lo que ya nombramos: la ESMA. Está todo dicho. El templo de la infamia más perversa de la historia humana. Un sinónimo de Auschwitz. Los argentinos, sí, tenemos nuestro Auschwitz. Y nuestro Himmler. Uno, silencioso, de mirada con el dejo de desprecio a la vida; el nuestro, ruidoso, de carcajada sonora, de darte el golpecito amigo en la espalda, del abrazo. Aquel, sombrío como un cuervo sin sotana; el nuestro siempre sonriente, amistoso, un galán con espada al cinto y gorra cargada de perversidades.

Sí, ya sé, me van a decir que me están faltando los adjetivos. No, me sobra el dolor, pensando en los últimos minutos de Rodolfo Walsh en la ESMA, y en todos los Rodolfo Walsh y las Azucena Villaflor que cayeron en las manos de ese verdugo sucio y voraz.

Permítaseme este escrito donde trato de hacer un resumen de los sentimientos que me provoca esa figura y la de todos los serviles que le hicieron la venia y le dijeron: “Ordene, mi almirante”.

Nos quedará para siempre el dolor. Rodolfo, Azucena. En nombre de los miles.

Ojalá exista el infierno para el almirante de la muerte, los negociados y la corrupción.

Lo merece. Allí con Roca, Falcón, el Polo... y tantos otros. Una galería argentina. En contraposición con la otra galería argentina. La de los Héroes del Pueblo, los Hijos del Pueblo, como les cantaba la gente humilde de principios del siglo pasado a quienes daban todo por una vida mejor. Los que creían en un mundo de la mano abierta contra los que siempre propiciaron la ESMA.

10 enero, 2011

Una marca de talento que unió generaciones, María Elena Walsh


Despedirla es dejar ir un pedazo de nosotros mismos.


-María Elena Walsh-
-Argentina, Buenos Aires, 1 de febrero de 1930 – 10 de enero de 2011-

02 enero, 2011

Rebelde Amanecer. Osvaldo Bayer

Tuve en mis brazos a Auca Liwen, una niña mapuche de Ñorquinco, de seis meses de edad. Su nombre significa Rebelde Amanecer en su idioma. Es todo un símbolo. Conocí a ese pueblo originario en 1958, cuando viví en Neuquén. Era un pueblo silencioso, como si hubiese aceptado su destino de pueblo vencido por el ejército de Roca. En cambio, el pueblo que encontré ahora, en mi reciente viaje por San Martín de los Andes, Aluminé, Ñorquinco, visitando todas las comunidades mapuches de esa zona, mantiene su idioma, sus costumbres y lucha por sus tierras y por el respeto hacia su cultura. Es una especie de Rebelde Amanecer. Hablan suavemente, exponen las injusticias sufridas desde el momento en que aparecieron las tropas invasoras del general Roca, dicen toda la historia sin agresiones ni espíritu de venganza, en un tono de tristeza y de melancolía. Pero se quejan de que los agresores les han metido monumentos a Roca hasta en el último rincón, y nombres de los generales y coroneles genocidas a ciudades, lugares y lagos del hermoso paraíso. Pero a quien odian más es a la figura del perito Moreno, elevado a figura señera de la Nación por el Ejército Argentino y toda la sociedad encubridora que les sigue detrás.

Uno lee al sabio Alexander von Humboldt en su maravilloso libro sobre su viaje por aquella América de fines del siglo XIX y no puede menos que titularlo el "verdadero descubridor de América" porque, además de la naturaleza, descubre al ser humano y lo integra al paisaje. Mientras el brutal colonialismo español a su alrededor explotaba a esa naturaleza y sus habitantes, Humboldt enseñaba a "comprender el espíritu de la naturaleza", el equilibrio que luego Haeckel llamaría ecología. Pero ecología con el ser humano incluido. "La naturaleza - escribía Humboldt- es para la observación pensante, unidad dentro de la multiplicidad, unión de lo múltiple en forma y mezcla, suma de los sujetos y de las fuerzas naturales como en todo lo vivo. El resultado más importante de la investigación física -realizada con sentido- es por eso la siguiente: reconocer la unidad en la multiplicidad, desde lo individual abarcar todo lo que en la última era nos ofrecen los descubrimientos, aislar las particularidades analíticamente y no ser derrotados por su masa. Teniendo en cuenta el destino superior del ser humano, comprender el espíritu de la naturaleza que yace escondido bajo el envoltorio de la apariencia. Por este camino nuestra vocación traspasa la estrecha frontera del mundo de los sentidos y podemos así lograr el dominio, por medio de las ideas, de la materia cruda del punto de vista empírico, entendiendo a la naturaleza". Y Humboldt se maravillará de las costumbres y el idioma de los habitantes autóctonos.

En cambio, el perito Moreno argentino verá otra cosa. Mostrará su mayor interés por los límites con Chile y por hacer aparecer todo como argentino. Para ello despreciará a los habitantes naturales llamando "cara de sapo" a los mapuches y relatando escenas como ésta: "Es asqueroso el espectáculo que presentan estas terribles viejas, ya borrachas. Estas infernales brujas, repugnantes engendros, degradan la danza saltando borrachas (...) mujeres pintadas de negro y de melenas desgreñadas. La enorme cantidad de fruta de calafate que han comido esta mañana han teñido los alrededores de sus bocas de un color violáceo; las tiras de grasa de potro que han traído en sus recados, que se han humedecido con el sudor del caballo antes de servirle de alimento y que devoran, han dejado en sus mejillas blancos residuos que quedan pegados sobre sus caras con el zumo del calafate. Comen estos indios con tanta suciedad como los cerdos, tienen grasa hasta en los ojos, y el cabello está apelmazado por ella".

Claro, el perito queda al desnudo porque antes dice: "Doy a los indios un poco de aguardiente", pero así y todo hubiera podido describir la escena sin compararlo con los cerdos, y dejándose llevar por otras escenas que presenció sin aguardiente, principalmente las representacionesespirituales en los Rewe, que son los lugares donde los mapuches hacen convocatorias de una filosofía poética refinada. Conocí el Rewe de Ñorquinco, para mí el lugar de más profunda belleza que he conocido en mi vida.

El perito en fronteras, Francisco Pascasio Moreno, al llegar a esos lugares se creyó dueño de todo y con un irracional "patriotismo", como siempre lo llamaba él, comenzó a cambiar los bellos nombres poéticos en tehuelche, pehuenche y mapuche que tenían esas regiones. Por eso, al primer lago que encontró lo llamó "Argentino", al segundo "San Martín", a unos montes los llamó "Lavalle" (el nombre del asesino de Dorrego). Al más bello le quitó el nombre en lengua pehuenche para ponerle el nombre de un amigo: "Gutiérrez". El perito, una especie de Dios bautizador. Dueño y Señor. Al perito, el gobierno de la Nación le regalará 50 leguas cuadradas de tierra patagónica. Porque eso es lo que se quería, la tierra. Lo dice claramente la Sociedad Rural de los estancieros bonaerenses que aboga por la "más severa represión de los indios salvajes". Fíjese el lector los apellidos: los de siempre, los de antes y los de ahora: José Martínez de Hoz, Amadeo, Leloir, Temperley, Atucha, Ramos Mejía, Llavallol, Unzué, Miguens, Terrero, Arana, Casares, Señorans, Martín y Omar, Real de Azúa. Y triunfarán. El general Roca lo anunciará: "La ola de bárbaros que ha inundado por espacio de siglos las fértiles llanuras ha sido por fin destruida". Y el general de las mil estatuas y de las miles de leguas de tierras que llegará así a la fortuna personal lo explicará en el Congreso: "El éxito más brillante acaba de coronar esta expedición, dejando así libres para siempre del dominio del indio esos vastísimos territorios que se presentan ahora llenos de deslumbradoras promesas al inmigrante y al capital extranjero". Está todo dicho. Ahora sí que éramos todos argentinos. La bandera azul y blanca para el estanciero Martínez de Hoz.

Para los mapuches, los ranqueles, los tehuelches... este porvenir, lo dice claramente el diario El Nacional de Buenos Aires cuando termina la "Campaña del Desierto": "Llegan los indios prisioneros con sus familias. La desesperación, el llanto no cesa. Se les quita a las madres sus hijos para en su presencia regalarlos, a pesar de los gritos, los alaridos, y las súplicas que hincadas y con los brazos al cielo dirigen las mujeres indias. En aquel marco humano, unos se tapan la cara, otros miran resignadamente al suelo, la madre aprieta contra el seno al hijo de sus entrañas, el padre se cruza por delante para defender a su familia de los avances de la civilización argentina".

Está todo dicho. Occidental y cristiano.

El jueves pasado se celebró con la presencia de Kirchner el centenario en que el perito Moreno donó al Estado tres leguas cuadradas de las veinte que le había regalado Roca por los servicios prestados. Generoso el hombre. Tres de veinte. De tierras que no le pertenecían. Pero el Estado, cumplidor, le agradece año tras año esta generosidad cristiana al llamado perito. El jueves, en Bariloche, todas las autoridades que hablaron se deshicieron en alabanzas al perito. Menos los mapuches presentes, que le gritaron racista y ladrón cuando los oradores lo nombraban.

Aparte de ese episodio, se oyó la voz del titular de Parques Nacionales, Héctor Espina, quien dijo, por fin, la verdad. Aseguró que su institución cumplirá "con el mandato constitucional de reconocer las propiedades comunitarias de nuestros pueblos originarios, quienes mucho antes que nosotros custodiaron estos valores fundamentales".

Es que el nuevo movimiento mapuche va dando sus frutos. Ellos reclaman una nueva relación intercultural, un desarrollo con identidad, autonomía, derecho a una vida digna sin la cual "la Justicia es una farsa y la democracia, una mentira". Roca y su perito van quedando en el sótano de la historia. Se abre una nueva Historia. La del "Rebelde Amanecer", como el nombre de la niña mapuche que tuve en mis brazos.