23 noviembre, 2014

Una región instalada en el imaginario, no en la geografía


Por Mora Cordeu
La voz grave de Osvaldo Bayer marca el tono de la mesa redonda sobre la Patagonia realizada en el Auditorium del stand argentino de la 63a edición de la Feria del Libro de Frankfurt, sobre un tema que convoca a los escritores Leopoldo Brizuela, Mempo Giardinelli, María Rosa Lojo, además del investigador de tantos hechos acontecidos en ese mítico, histórico y lejano sur.
"Más de dos millones de hectáreas de la Patagonia en manos de 137 estancieros ingleses", lee Bayer y mecha datos de su propia cosecha de una investigación que le llevó años para documentar: los sucesivos expolios, la dominación de los pueblos originarios por parte de los nuevos dueños de la tierra, cuando el territorio del país apenas alcanzaba al sur de la provincia de Buenos Aires.
Y entre esos dueños, hay nombres que no se olvidan como Mauricio Braun, cuya estancia "Coy-Aike" cerca del río Coyle, en Santa Cruz, de cien mil hectáreas y la lista continúa, interminable.
Y surge la campaña de Julio Argentino Roca entre 1879 y 1884 y la casi extinción de una raza legendaria, los tehuelches, nunca reconocidos por el invasor.
E interviene María Rosa Lojo, para subrayar que "la Argentina moderna y muy bárbara que se constituye despues de Roca, es como un enclave blanco en América del Sur.
Lojo menciona los textos literarios de las escritoras Rosa Guerra y Eduarda Mansilla, que cuentan de la cautiva Lucía Miranda, incluido en la crónica llamada "La Argentina manuscrita", de 1612, de Ruy Díaz de Guzmám y que es objeto de una larga serie de reelaboraciones historiográficas y literarias hasta 1929".
Una historia trágica entre un cacique timbú y la española Miranda, esposa de un militar español. "Lejos de presentar una sociedad `blanca` Ruz Díaz se refiere (elogiosamente al mestizaje) del que él mismo había nacido.
El acento de la desaparición de los indígenas "toca más lo cultural ya que el punto de partida es un análisis reconstructivo de la historia", analiza Lojo.
Desde otro ángulo, más imaginario que histórico, Leopoldo Brizuela habla de la Paragonia como un territorio de la imaginación, "algo que sucedió con otras regiones europeas como Portugal. Yo lo elijo como un imaginario que invento con una intención política", observa.
Y menciona tres momentos: "La posible guerra con Chile, la guerra de las Malvinas y la reivindicación en 1980 que hizo la dictadura militar de la campaña del Desierto, a cien años, donde el genocidio y la guerrilla se aúnan. Más que escribir sobre hechos reales se escribe sobre imaginarios", desliza sobre "la incapacidad de contar el genocidio de la dictadura".
"Fuegia", de Eduardo Belgrano Rawson, ese libro "cuando lo leí, recuerda Brizuela "fue como un deslumbramiento". "Ahí empecé a profundizar sobre la historia de la Patagonia. Y las metáforas sobre los años 90 y el genocidio de los 70, también contado por Belgrano Rawson desde el genocidio indígena".
"Recién en el 2003 empecé a ir a la Patagonia -relata Brizuela- y conocí gente ahí que vive con un imaginario tan irreal como el mío, con un fanatismo por subrayar la propia identidad. Mi Patagonia tiene una impronta muy literaria".
También, la Patagonia de Mempo Giardinelli comenzó como un sueño, "un viaje a Ushuaia para comenzar a ver esa Argentina que me costaba imaginar".
Mempo habla de la impresión que le causó la lectura de "Los dueños de la tierra", de David Viñas, el impacto que tuvo con "La Patagonia rebelde" y otros libros que leyó de adulto como "Memorias de carrero patagónico, menciona el chaqueño y agrega otro texto de su amigo Luis Sepúlveda: "Patagonia Express".
Recordando lecturas, nombra "Viento nocturno" de Saint Exupery y otro escrito con un amigo ("Final de novela en Patagonia") acerca de un viaje que ambos hicieron en un viejo ford fiesta por la región. "No es un libro cordial, me encontré con la Patagonia postmenemista", define el escritor.
Fuente: Telam.com
Cultura
13 de Octubre
Patagonia en la Feria de Frankfurt

12 noviembre, 2014

Duras críticas de Bayer a Hebe Bonafini


Hebe llevó a la perdición a las Madres cuando las hizo oficialistas ”, dijo el historiador, Osvaldo Bayer, en un reportaje con la revista Sudestada , sobre la titular de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe Bonafini.“La que se enojo a muerte y se enojo para siempre fue Hebe Bonafini, porque critiqué al gobierno. En 6,7,8 dije las cosas buenas y las malas porque es la realidad. Realmente hay que sufrir cuando uno ve a los pibitos desnutridos, o la gente vendiendo trapos en las calles y los cagan a palos. Hay cosas tan injustas. No hay que esconder la realidad.A Hebe no le podés hablar mal del gobierno ”, explicó Bayer que sostuvo que después de esa entrevista en el programa 6.7.8, Bonafini lo llamó para pedirle explicaciones y le cortó el teléfono.“A mí Schoklender nunca me habló. Nunca le hablé mal de él porque conozco a las mujeres cómo son con sus hijos, que les perdonan todo. Hebe, no sé por qué, se sintió madre de Schoklender. Y de repente, corta conmigo porque yo digo eso de las villas miseria. ¿Qué había pasado? Para mí, Schoklender le cambió la mentalidad . Es algo inexplicable, viejo”, sostuvo el autor de “La Patagonia Rebelde”. “Los organismos de DDHH tienen que mantener esa línea de independencia. Y Hebe llevó a la perdición a las Madres cuando las hizo oficialistas”, criticó. “Los organismos de DD.HH. tienen que mantenerse sin intervenir políticamente, y criticar y defender los derechos de todos”, agregó Bayer.
CLARIN12/05/12