26 septiembre, 2011

Sobre Hannah Arendt y Rosa Luxemburgo. La banalidad del amor. Osvaldo Bayer


Sí. Tal cual. En vez de La banalidad de la Maldad, como subtituló la ensayista judía Hanna Arendt su libro sobre Eichmann, se ha estrenado una obra teatral en Alemania que lleva por título La banalidad del amor. Y justo se refiere a la relación entre la misma Hanna Arendt con el filósofo alemán Martín Heidegger, quien en 1933 se afilió al partido nazi. Una relación que nadie –la mayoría– ha podido entender todavía. La autora de la obra de teatro también es judía, se llama Savyon Liebrecht y trata de interpretar en la obra de ficción esa relación entre dos personas tan distintas en sus ideologías. La obra se ha estrenado con un gran éxito de público. No es para menos.

Antes de morir, Hannah Arendt declaró: "Me siento elevada hasta hoy por Heidegger como ser pensante y como mujer". Sí, una escritora que describió como pocos la miseria absoluta de pensamiento del nazismo.

El comienzo de esa relación fue la del profesor con la alumna. Heidegger era ya, a los 35 años, en 1924, un profesor de filosofía cuyos libros habían comenzado a trascender en todo el mundo. Ella, de 17 años, era su alumna. Profesor y alumna pasaron muchas horas muy enamorados en una cabaña no muy lejana de la casa de Heidegger, quien era casado con dos hijos. La relación amorosa fue muy intensa entre 1924 y 1926, hasta que después ella se fue a estudiar a otra universidad. En 1929 Hanna se casó con el escritor Günther Anders. En 1933 ella comienza a hacer una labor muy intensa en defensa de los judíos alemanes y Heidegger se afilia al partido nazi y es elegido rector de la Universidad Albert-Ludwig.

18 septiembre, 2011

¿Una nueva época argentina? Osvaldo Bayer

La última semana de estadía en Europa me sirvió para el pesimismo. Otra vez la crisis anunciada. ¿Hasta cuándo? ¿Cómo el ser humano no ha aprendido a administrar todo esto que se llama naturaleza y así eliminar la violencia, las penas, las carencias, la búsqueda por sobre todo del poder que casi siempre, o siempre, significa la muerte? Vemos la España de hoy, vemos Portugal, Grecia ni que hablar, la Italia de Berlusconi... aquí sólo caben la ironía, o la profunda tristeza y decirnos... el ser humano no aprende nada. Lo de Noruega ha dejado a todos mudos. Sólo queda mirar al costado o hacer un congreso de economistas, de políticos, pero sobre todo de psicólogos. Europa no aprende, pese a su historia. Por ejemplo, hoy, gracias a la caída del Muro, las mujeres polacas pueden ser sirvientas en Alemania. Sí, parece una frase calcada de Dostoievski. O de Kafka.

Europa... y sus esperanzas en el Mercado Común Europeo, con el euro como moneda. ¿Por qué ahora esto? En España, la juventud no tiene trabajo, el porcentaje más alto de su historia de jóvenes desocupados. Gran Bretaña, sí, la del imperio. Meta bala. ¿La solución? Más policía adiestrada. Conocemos esas soluciones. Gran Bretaña. Cameron, sus gritos en la Cámara de los Comunes, ya tiene sus muertos para la historia.

En Alemania, la preocupación es el euro. Ahí puede venirse todo al suelo, aquel sueño de la Europa sin fronteras. Con aquella historia aparentemente superada de guerras mundiales, con millones de muertos y ciudades arrasadas. Sí, una Europa sin fronteras. Pero al parecer no se entienden ni con gestos. ¿Obama protagonizará una nueva versión de El fugitivo? ¿O pasará a la historia nada más que como un “negro” que quiso pasar a la historia estadounidense como un blanco más? De las esperanzas a las pequeñeces ya conocidas. Los “republicanos” dicen sobre él: “Vaya un nombre más inicuo”. Y sonríen. “Ya lo sabíamos... ¿qué se puede esperar de un...?” Dejémoslo ahí. Se lo enlata y ya está.

Subrayo los últimos diarios alemanes antes de partir. Sí, los democristianos-liberales se derrumban en caída libre. El próximo gobierno será socialdemócrata-verde, o más bien verde-socialdemócrata. Según la figura que pongan al frente. Dejo el Viejo Continente más viejo que nunca. Todo es duda. Todo es incierto.

Llego a la Argentina de las elecciones. Hay tranquilidad en las calles. Sí, no ha habido violencia. Por lo menos eso ya es muy positivo. Aceptación de todos por los resultados. Autocríticas. Alegrías. Eso es positivo. Prepararse para la final de octubre. Bien, parece que estamos aprendiendo a vivir en democracia. Me paro en la misma esquina de Monroe y Arcos, donde cuando niño, adolescente, grande y ya mayor vi pasar las tropas, con sus generales a caballo, hacia la Plaza de Mayo. Ahora esto, la confianza en las urnas. No está mal como primer paso a la verdadera democracia. Que sólo se logrará con verdaderas medidas sociales.

Sueño con que el nuevo gobierno va a volver a organizar y apoyar las asambleas barriales. Un milagro libertario que experimentamos en la primera década de este siglo y que luego dejamos morir por falta de acción e inspiración. Luego, dar el primer paso hacia la verdadera democracia, que es la que busca la igualdad en libertad: la eliminación para siempre de las villas miseria y que cada hogar, que cada niño, tenga un pan sobre la mesa y un techo digno. Que una de las obligaciones fundamentales del nuevo gobierno sea promover las cooperativas de trabajadores. También esto con la tierra a los hombres de la tierra, y no de los banqueros que bajan el dedo y se les otorgan dos millones de hectáreas. Ciudades limpias con plazas bien verdes y con flores constantes, como las que tenía Buenos Aires antes: cuando yo era un niño, todas las tardes corríamos entre esos verdaderos jardines comunitarios. No como hoy, con las plazas porteñas con alambrados y que no son otra cosa que potreros de polvos y pozos. Y que por fin se descentralice Buenos Aires, que se lleve la Capital al interior, porque esto ya no es una ciudad, es una jaula de motores, de ruidos, de esperas interminables y de niños que ya no pueden jugar sino sólo estar estáticos ante la pantalla boba.

Sí, que se promueva a fondo la verdadera democracia y el compartir sus bienes. Sería muy bueno que se adoptara como lema “Libertad y Bien común”.

Sueño con escuchar música de Bach en atardeceres porteños silenciosos o tal vez la del propio Atahualpa Yupanqui, que sigue teniendo el olor de nuestro paisaje todo.

Y para eso, el respeto de las palabras de las organizaciones de base. Comenzar, por ejemplo, con limitar a cuatro años todos los mandatos de los dirigentes sindicales. Sin reelección posible. Demostrar que no hay nadie imprescindible y que todos tienen derecho de llevar a cabo las resoluciones de las bases. Para terminar con burocracias y magnates del poder.

Para lo cual, para intentar acabar para siempre con niños con hambre, gente sin techo, manos rudas sin trabajo, para llegar a ese producto final que sería la verdadera democracia, dar mucho más categoría a las escuelas, a los docentes. Y a la convocatoria de la voz popular para escucharla: congresos formativos, asambleas de base, reconocer a los verdaderos héroes del pueblo. Para ello, fundamental, la información. Seguir el debate sobre los medios para que por fin muestren el verdadero rostro de la sociedad y toda la información se fundamente en la ética. En el derecho de todos. Los medios con la voz del pueblo. De los que hacen la sociedad y no de monstruos que se tragan todo.

Parece todo esto –el sueño, las ilusiones– el resumen paradisíaco del pensamiento de los grandes propulsores de la paz eterna, escritos durante siglos y siempre olvidados en los depósitos de puertos a los cuales ya no llega ningún barco.

Intentarlo pasaría a nuestra historia como un bello capítulo. Como si estuviéramos leyendo aquellos escritos del joven Mariano Moreno, del idealista Juan José Castelli y del apasionado por la igualdad que fue aquel increíble Bernardo de Monteagudo, cuyo retrato tendría que estar en todos nuestros colegios.

Empecemos una nueva época. Poniendo el rostro y la palabra. La palabra como arma única contra el egoísmo.

Fuente: Página12-Agosto2011

10 septiembre, 2011

Los Martínez de Hoz al ataque. Osvaldo Bayer


No me puedo quejar. Hay que tener suerte. Los Martínez de Hoz me han iniciado juicio. Eso no le pasa a cualquiera. Ahora sí que me siento un elegido por el destino.

Es por el film Awka Liwen donde se analiza la Campaña del Desierto de Roca y mencionamos al fundador de la Sociedad Rural que fue, por supuesto, un Martínez de Hoz. El juicio alcanza también al codirector del film, Mariano Aiello y al historiador Felipe Pigna. Los que inician el juicio son los dos nietos de José Alfredo Martínez de Hoz, el conocido ministro de Economía de la dictadura de la desaparición de personas. A nosotros nos defenderá el conocido abogado de derechos humanos Beinusz Szmukler.

“¡Qué extraño!”, me digo, los tataranietos se sienten injuriados por lo que se sostiene del retatarabuelo y no por lo que hizo el abuelo, el mejor amanuense de la última dictadura más feroz de nuestra historia. La acusación contra nosotros es por “injuriar” al fundador de la Sociedad Rural. Lo escrito en esa acusación provoca hasta conmiseración en el lector, cuánto sentimiento cuando se habla de los hechos de un antepasado de hace ciento cincuenta años. Y nace una especie de sonrisa irónica cuando el lector piensa: ¿por qué tanto sentimiento por un lejísimo antepasado y no dolor y vergüenza por un abuelo que dominó en una brutal dictadura la economía mientras a su lado se torturaba, se desaparecía, se arrojaba vivos a prisioneros al mar desde aviones? Personaje que sigue teniendo juicios en la actualidad por acciones deshonestas, entre ellas la de Papel Prensa.

08 septiembre, 2011

Día Internacional de la Alfabetización


La Organización de las Naciones Unidas, ONU, celebra hoy 8 de septiembre el Día Internacional de la Alfabetización con muchos avances, “ya que el número de persona alfabetizados a nivel mundial ha llegado a cerca de cuatro billones”, señala un comunicado de la organización.

Sin embargo, la ONU señala que la alfabetización para todos, niños, jóvenes y adultos, es todavía una meta lejana.

“El continuo aplazamiento de esta meta es resultado de una combinación de factores, como el trazado de metas demasiado ambiciosas, los esfuerzos insuficientes o descoordinados, y la subestimación de la magnitud y complejidad de la tarea”, enfatizan.

Según la ONU, una de las experiencias aprendidas en las últimas décadas, es que para lograr la alfabetización universal no solo se requiere de mayores y mejores esfuerzos, sino de voluntad política para pensar y hacer las cosas de manera diferente a todos los niveles: local, nacional e internacional.

Fuente: El Nuevo Diario