27 febrero, 2010

Antípoda



Al revés de todas las cosas

hay un cosmos

detrás del infinito una muralla

allí una niña desgastando

su mano de azulejo


cada vez que mis manos

sujeten un puñado de frambuesas

sólo recordaré a la niña

descubriendo a través de las lesiones

una ignominiosa complacencia.