Se trata de los presos
paraguayos, que ya han pasado a la historia de la indignidad humana del
ejercicio injusto del poder, es el mismo caso que los presos cubanos que
sigue manteniendo Estados Unidos.
Acaba de regresar de Asunción,
la capital paraguaya, una delegación de representantes de los organismos
de derechos humanos de la Argentina que concurrieron a ese lugar para
reunir más información y señalar de viva voz la injusticia increíble que
la denominada Justicia paraguaya comete contra esos seis nobles hombres
de la tierra.
La delegación argentina estuvo presidida nada menos que por Nora Cortiñas, la Madre de Plaza de Mayo que ha dedicado su vida desde 1976 para luchar por la Justicia con mayúscula. Al regresar, sus declaraciones fueron bien claras. Luego de explicar cuánta corrupción oficial hay en el tratamiento de los presos paraguayos en ese país se refirió a las condiciones en las cuales se los mantiene encarcelados. Dijo, con toda la valentía que caracteriza a esa madre, que “los fui a ver y debo decir que la cárcel donde están presos es vergonzosa, ni un chiquero donde habitan los chanchos es como ese lugar donde de ninguna manera se puede aherrojar a seres humanos.
Me fui avergonzada de ese
país hermano”. Y, por supuesto, explicó cómo se ha falseado la verdad
para tratar de mantener presos a esos seis dignos representantes del
partido Patria Libre. Los seis campesinos, Agustín Acosta, Roque
Rodríguez, Simón Bordón, Arístides Vera, Basiliano Cardozo y Gustavo
Lezcano, fueron acusados de ser los autores del secuestro de Cecilia
Cubas, hija del ex presidente de la Nación Raúl Cubas Grau, el 21 de
julio del 2004. El 16 de febrero del 2005 fue encontrado el cadáver de
ella. El fiscal general de Estado Germán Latorre acusó a los seis
campesinos de haber resuelto la ejecución de la raptada Cecilia Cubas en
una reunión realizada en la casa de Regina Rodas. Para esa acusación se
sirvió del testimonio del informante policial Dionisio Olazar, que se
había infiltrado en al partido Patria Libre. Los acusados rechazaron de
plano dicha acusación. A continuación, el juez Pedro Mayor Martínez
dictó falta de mérito porque no existía otra prueba que la declaración
de ese informante, quien además no aportó ningún otro dato fehaciente.
La declaración del juez se puede ver en el film documental Chokokué, de
Miriam Paz y Guillermo Cohen. A pesar de ese veredicto, los seis
campesinos, conociendo cómo se maneja el Poder Judicial en el Paraguay,
resolvieron viajar a la Argentina y presentarse aquí a la Justicia
pidiendo asilo político. Pero, por pedido del gobierno paraguayo, son
detenidos aquí en la oficina del Cepare donde solicitaron el pedido de
asilo. Y fueron extraditados al Paraguay el 2 de diciembre del 2008 y
encerrados en la cárcel de Tacumbú. Antes estuvieron cierto tiempo
detenidos en una cárcel de aquí, donde tuve oportunidad de visitarlos y
reunir datos para su defensa. En Asunción llevan ya cinco años de
detención. Por ello, los abogados defensores presentaron un hábeas
corpus pidiendo su libertad por haberse excedido el tiempo máximo de
prisión preventiva sin condena. Pero este recurso fue rechazado por la
Justicia paraguaya con el falso argumento de que no hay pruebas de que
hayan estado presos en la Argentina. Una falsedad total, porque el autor
de esta nota puede demostrar su visita a la cárcel argentina donde
estuvieron presos. Pero no sólo mi testimonio lo puede probar, sino
también la documentación de las autoridades argentinas que al parecer no
le interesó a la Justicia paraguaya.La delegación argentina estuvo presidida nada menos que por Nora Cortiñas, la Madre de Plaza de Mayo que ha dedicado su vida desde 1976 para luchar por la Justicia con mayúscula. Al regresar, sus declaraciones fueron bien claras. Luego de explicar cuánta corrupción oficial hay en el tratamiento de los presos paraguayos en ese país se refirió a las condiciones en las cuales se los mantiene encarcelados. Dijo, con toda la valentía que caracteriza a esa madre, que “los fui a ver y debo decir que la cárcel donde están presos es vergonzosa, ni un chiquero donde habitan los chanchos es como ese lugar donde de ninguna manera se puede aherrojar a seres humanos.
El 29 de febrero de este año
comenzó el nuevo juicio que es fácil de demostrar que está plagado de
irregularidades. Por ejemplo, el soplón policial dijo que Cecilia Cubas
fue asesinada el 24 de diciembre del 2004 y se desdice al declarar que
la reunión donde se decidió su muerte fue el 13 de enero del 2005. Y
también pueden comprobarse otras graves imprecisiones. No se tuvo en
cuenta la declaración de otros testigos. Por ejemplo, la de Regina de
Rodas, acusada de que en su casa se realizó la citada reunión donde se
resolvió el crimen. Esta testigo denunció a la Justicia que la Fiscalía
le había ofrecido medio millón de dólares para que declarara que lo del
espía policial era verdad, a lo cual ella se negó.
Los seis
campesinos siguen presos. Es hora de que intervengan todos los
organismos latinoamericanos de derechos humanos y todas las
organizaciones de esos fines para terminar con esta ignominia. La Madre
Nora Cortiñas, a quien llamamos Norita, con todo cariño, se emocionó al
hacer estas declaraciones. Y agregó: “Otra injusticia más he podido ver.
Pero como finalmente triunfa siempre la Ética veremos libres a los
queridos campesinos presos, y despreciados por el pueblo para siempre
los jueces y políticos que permiten esto en tierras del sufrido pueblo
paraguayo”.
Dirección del video de Osvaldo Bayer: http://www.youtube.com/watch?v=XJGWd1P0k88
Dirección del video de Osvaldo Bayer: http://www.youtube.com/watch?v=XJGWd1P0k88