Hay que defender la democracia. La mejor manera de defenderla es
profundizarla. Hay que democratizar también la propiedad. Por eso
estaremos en la marcha del jueves próximo, a las 10, frente al hotel
Bauen. Vamos a pedir al Congreso que por fin se vote el proyecto de
expropiación del edificio de la calle Callao y se otorgue en propiedad a
la cooperativa de trabajadores, integrada por 160 de ellos. Sin ninguna
duda defender las cooperativas de trabajadores es ahondar la
democracia. Y esos trabajadores demostraron en los varios años que
administran ese hotel que saben hacerlo mucho mejor que sus antiguos
dueños empresarios. Cuando éstos cerraron el hotel y lo abandonaron, lo
ocuparon sus fuerzas de trabajo, lo reabrieron y lo hicieron funcionar
nuevamente con total éxito. Y en qué forma. Pasó a ser un hotel para los
trabajadores del extranjero y del interior del país que venían a
congresos, reuniones o en viaje de experiencias. Y además, residencia de
todos los organismos de derechos humanos del mundo entero. En sus
salones se realizan asambleas obreras, congresos, actos recordatorios de
acontecimientos históricos, mesas redondas y debates sobre literatura,
teatro, cine, arte y, por supuesto, también sobre política y sociedad.
Soy testigo de ello. He sido invitado en el Bauen en varias
oportunidades. En todas gocé verdaderamente por el ambiente que yo
calificaría de “solidario” para con los presentes.
Pero,
claro, en nuestra sociedad, hay quienes se irritan al ver tal sentido
comunitario. Por ejemplo, en el 2007, la jueza Paula Hualde conminó a
los cooperativistas a desalojar el edificio en un plazo de treinta días.
Pero la reacción popular de defensa de ese ejemplo de trabajo
cooperativo fue una barrera insalvable para la señora jueza. Y la
pregunta que nació fue: ¿pero cómo la Justicia en democracia quiere
devolver ese edificio a la empresa que había actuado con acciones
favorecidas por la dictadura de la desaparición de personas como
préstamos, habilitaciones, etc., cuando se llevó a cabo el campeonato
mundial de fútbol en Buenos Aires y era un gran negocio abrir hoteles?
Y
hay que repetirlo: es una obligación ineludible de todos los que
deseamos que nuestra democracia se afirme sobre bases definitivas,
asegurar la vida de los cientos de cooperativas que se originaron desde
aquella nefasta crisis del 2001. La cooperativa Zanon, hoy llamada
Fasinpat, el irónico y optimista nombre actual, fábrica sin patrones, es
una realidad clara y sumamente positiva que ha ido venciendo uno a uno
los sinsabores ante los ataques de aquellos que sólo sueñan ser dueños
del mundo mediante el dinero.
Finalmente, y otra vez, defendamos
las cooperativas obreras porque eso es verdadera democracia. Son sueños
que se van concretando en una lucha continua durante siglos de los
luchadores del movimiento de los trabajadores.
Otra de las luchas
que deben darse para asegurar el derecho a la vida de todos los
habitantes –que es un deber ineludible de toda democracia– es la
adopción de medidas cada vez más severas con respecto al uso de
agrotóxicos en los campos argentinos que va cada vez más en aumento con
la siembra de la soja, especialmente. En enero pasado, el defensor del
Pueblo había reclamado en un informe que debía respetarse en nuestro
campo la Convención sobre Derechos de las Personas con Discapacidad. Esa
discapacidad originada principalmente por el uso de agrotóxicos o por
el uso indebido de agroquímicos. En ese informe se habla de las
enfermedades aparecidas en los denominados “pueblos fumigados”, donde
los pesticidas han producido “altas tasas de malformaciones congénitas
condenando al período embrionario de mayor vulnerabilidad”.
En ese
sentido, se tomó el ejemplo de varias familias de las localidades
misioneras de Aristóbulo del Valle, El Soberbio y Colonia Alicia. En ese
informe se tuvieron en cuenta la toxicidad y la dosis utilizada de cada
cultivo de la Argentina: frutales de pepitas, cítricos, hortalizas,
algodón, soja, papa, forrajes, maíz, girasol, trigo, arroz y tabaco.
Algo muy importante en este sentido fue la Declaración de Caroya del
2008, donde se expresó que “la salud de las comunidades está siendo
afectada principalmente por las fumigaciones con agroquímicos que se
utilizan en las diferentes producciones agrarias, pero también por la
manipulación y depósito de estos químicos en zonas pobladas, el desecho
de envases y el acopio de granos impregnados de químicos dentro de los
pueblos”.
Se calcula que casi 2500 millones de dólares se gastan en agrotóxicos en la Argentina, por año.
Las
Agrupaciones de Médicos de Pueblos Fumigados exigen la prohibición de
fumigaciones aéreas, tal como se ha hecho en la Unión Europea,
restricción del área de fumigaciones terrestres, alejándolas de las
zonas pobladas, reclasificación de los agrotóxicos utilizados en nuestro
país, considerando sus efectos agudos a mediano y largo plazo en los
seres humanos, y que se aplique el principio precautorio establecido en
la Ley General del Ambiente, No. 25675,art. 4.
Estos médicos que
han reaccionado así son verdaderos defensores del pueblo porque exigen
salud y no cada vez más ganancias para las empresas que emplean esos
venenos ambientales. Un tema que nos compete a todos. No nos conformemos
con decir que eso sólo ocurre en el campo. Nos compete a todos. Es un
tema que hay que solucionar ya. Aquí están involucrados el futuro, la
defensa de la calidad de vida.
Hemos hablado hoy del Derecho al
Trabajo y del Derecho a la Salud. Y finalizaremos esta contratapa
hablando del Derecho a la Etica.
Sí, esta semana hemos tenido la
satisfacción de ser testigo que finalmente la Verdad triunfa y junto con
la Verdad, la Etica. Dos diputados en el Parlamento de esta ciudad de
Buenos Aires, Fabio Basteiro y Alejandro Bodart, han presentado por
separado dos proyectos que tienden a hacer justicia de una buena vez con
la verdadera historia de los argentinos. Sí, se trata del monumento a
Roca. Hace diez años promovimos un movimiento para quitar del centro de
la ciudad la estatua del general Roca. Dimos todos los motivos: ese
general fue un genocida, racista y autor de la matanza más grande de la
historia argentina, sólo superada por la última dictadura de la
desaparición de personas. Propusimos que esa estatua no se destruyera
sino que se trasladara a la estancia La Larga, en Daireaux, propiedad
aún de la familia Roca, tierra quer ecibió su ancestro como pago del
genocidio indígena conocido como la Campaña del Desierto. Y que en el
lugar del genocida se pusiera un monumento a quien trajo vida a estas
tierras: la mujer originaria, en cuyo vientre nació el criollo, el
soldado de nuestra independencia. Ese proyecto basado en documentación
legítima no alcanzó la aprobación del gobierno de Macri. Pero esto no ha
obstado para que estos dos representantes Basteiro y Bodart insistan.
Esta vez no podrán negarse los que tienen el poder actual porque los
argumentos son absolutamente legítimos y se basan en la Etica y el
derecho a la vida. Además es incontrastable que Roca reimplantó la
esclavitud, que había sido eliminada en 1813. “Hoy reparto de indios” se
lee en los diarios de Buenos Aires al terminar Roca con su campaña. Se
entregaron indios varones como peones, “chinas” –con ese término– como
sirvientas y “chinitos” como mandaderos. Está todo dicho: una traición
completa a los principios libertarios de aquel Mayo de 1810.
El
diputado Basteiro, además, solicita cambiar el nombre de la diagonal
Julio Argentino Roca por el nombre “Pueblos Originarios” y el legislador
Alejandro Bodart, a la calle Coronel Ramón Falcón nombrarla “Gaucho
Rivero”, por el héroe malvinense cuando en 1833 los británicos ocuparon
las Malvinas. Además, la plaza Ramón Falcón, en Floresta, a la cual el
vecindario en tiempos del intendente Telerman votó para cambiarle el
nombre po r“Che Guevara”, pase a llamarse así, como el pueblo lo
propone.
El ambiente se está moviendo. Después de las enseñanzas
aprendidas al pronunciar aquellas palabras del Nunca más, también
debemos revisar nuestro pasado y decir “nunca más” a los asesinos del
pueblo.
Democratizarnos de raíz. Aprender de la Historia y pensar
en darles a las próximas generaciones un país donde la Paz y la Vida
sean las metas fundamentales.
Fuente original: Página 12