Una mujer alarga su mano a un niño
consumido en la carencia
los mínimos acopian la mies
y la tierra maldice su desgano.
Nada puedo hacer, éste es mi eje,
las calles en las que circulo e interrumpo
la exagerara soledad halaga, y en la orilla escribe su mareo
que aparta como el río estacionario.