Sabiendo sin saber,
vislumbrando que en mí residía más de lo que sucedía
circulé las calles en procura de ese otro
que estaba sujetado
y alcancé con asombro mi otra margen revelándome de dorso
otra aurora humedecía de otro matiz la piel
los iguales ojos, y me miré sacudir y arrodillarme
a recolectar poemas infinitos.