Lástima que el filósofo Descartes no vuelva a nacer hoy en esta Europa.
Me asomo a la ventana. Veo pasar a la gente, con prisa. Me digo: no
hemos aprendido nada. Anoche vi en la televisión las airadas disputas de
economistas europeos, escuché la radio con severas críticas al titular
del Banco Europeo por sus anuncios. Leo los diarios: Europa no camina,
Grecia, Italia y España en sus últimas oportunidades de salvar a la
economía. Dicen que la culpa la tiene Alemania. Alemania sostiene: no
tenemos por qué los alemanes pagar todos los desaciertos de los demás
europeos. Discusiones, planes. Un momento, señores: ¿y la Lógica? No, la
palabra dominante no es la Lógica sino, ¿cómo salvar al euro? Cada
economista tiene su plan y nadie se pone de acuerdo. Todos tienen razón y
le echan la culpa al vecino. La solución está para ellos en aumentar
los impuestos, rebajar los sueldos, dejar cesantes a todos los que
empiezan a cobrar. Nadie piensa en cambiar el sistema ni aprender de los
fracasos cada vez más seguidos. Pero el problema es que la gente sale a
la calle. Y a la pobreza y la desocupación no se las soluciona con
palos, rejas y expulsión de extranjeros... ¿Cómo? ¿Y qué pasó con el
capitalismo que iba a solucionar todos los problemas por sí mismo?
Alemania,
que es el mejor país europeo en lo económico, acaba de anunciar que el
Deutsche Bank va a dejar cesantes a 1900 empleados. Pensemos en ellos,
mirémosle la cara a cada uno, pensemos en sus familias, en los años
perdidos en aprender ese oficio siempre pleno en novedades, el sentirse
cómodos de trabajar en una entidad que sólo ha tenido ganancias desde su
origen. Y ahora, a la calle. Además, lo irracional e inexplicable de
todo esto es que el mismo Banco anuncia que en el último período ha
tenido una ganancia neta de 9000 millones de euros. Pero como en el
anteúltimo período tuvo una ganancia mayor, de 13.000 millones de euros,
entonces se llegó a tomar la decisión de las cesantías de casi dos mil
empleados. No hay una explicación ética para esta medida. Porque la
menor ganancia no la tienen que pagar los empleados, más cuando los
altos ejecutivos ganan sueldos de pura fantasía. Por ejemplo, el mismo
Deutsche Bank publicó que el último presidente ganaba sumas aproximadas a
un millón de euros por mes.
No, la interpretación de la ética del
capitalismo roza ya con lo fantástico, pero de una fantasía que alcanza
ya la perversión plena. ¿Porque, qué pasa con la crisis europea? Crisis
para los de abajo, pero no para los poderosos. Esto es absolutamente
sabido. El sociólogo Walter Wüllenweber lo ha publicado en Stern con
todos los datos: las fortunas multimillonarias de la clase alta en los
países en crisis: Italia, Grecia, Portugal, España. Aquí algunos números
que lo dicen todo. Por ejemplo, Italia tiene una deuda de 1946 miles de
millones de euros, mientras que la fortuna personal del 10 por ciento
de la población llega a 4152 miles de millones de euros. En España, la
deuda del Estado es de 775 miles de millones de euros, mientras la
fortuna privada alcanza a 2789 miles de millones. En Alemania, la deuda
estatal alcanza a 2112 miles de millones de euros y la fortuna privada
se eleva nada menos que a 8236 miles de millones de euros. Más datos
indiscutibles: en Italia viven 1.400.000 millonarios; en Alemania vive
un millón de millonarios. ¿La solución no estaría en aplicarles un
impuesto a los que tienen como fortuna más de un millón de euros y no
despedir a gente de trabajo? No, eso no se toca. Y podemos decir que no
hay verdadera democracia en países donde no hay trabajo para todos y al
mismo tiempo hay fortunas millonarias. El principal argumento es que si
se cobran impuestos a la riqueza, esos “seres humanos” se van del país a
vivir a los paraísos fiscales de los ricos, donde se les cobra un
impuesto muy bajo: Luxemburgo, las Bermudas, las islas del Canal de la
Mancha, Suiza, Chipre, Singapur y también Austria. Se calcula que los
millonarios han depositado entre 21 y 32 billones de dólares en esos
paraísos sin impuestos. La organización Tax Justice Network acaba de
denunciar que 21 billones es superior a lo que produce toda Europa en un
año. Los entendidos sostienen que –por ejemplo en Alemania– si ocho por
ciento de los más ricos entregaran al Estado sólo el ocho por ciento de
sus fortunas, se recogerían en total 230 mil millones de euros. Se
señala además que Italia, España y Grecia son los países europeos donde
más se practica el no pago de impuestos. Ya sea por inmoralidad de las
oficinas de cobro de impuestos o por la ine-ficiencia de ellas.
Con
respecto al argumento de “que si se cobran los impuestos a los ricos,
éstos se van a vivir a donde no pagan impuestos”, esa razón queda
desmentida por las normas que rigen en dos países: Suecia y Finlandia,
donde se les cobra a las grandes fortunas fuertes impuestos y sin
embargo en esos dos países hay más millonarios que en Italia.
El
presidente francés, François Hollande, ha dado un ejemplo de honestidad:
comenzó con las leyes de ahorro público rebajándose su propio sueldo en
un treinta por ciento. Esa actitud tendrían que tener todos los
representantes gubernamentales europeos que tienen sueldos por demás
altos. Además ha anunciado que se aplicará un aumento de impuestos a
todas las fortunas de más de un millón de euros. Un primer paso hacia la
justicia y hacia la verdadera democracia.
Otros de los problemas
no resueltos por nuestra llamada civilización humana son la
fabricación, compra y venta de armas. Y aquí, en Alemania, es un tema
crucial. Luego de las experiencias de las dos últimas guerras, diversos
sectores verdaderamente progresistas habían prometido nunca más la
fabricación de armas ni menos la venta de armas, en especial a los
países en conflicto. Bien, ya expresamos en una contratapa anterior que
Alemania se ha convertido en el tercer país del mundo que fabrica y
vende armas, detrás de Estados Unidos y de Rusia. Y ya es casi un hecho
la venta de los doscientos tanques Leopard al emirato árabe Katar, a
pesar de la oposición férrea del partido socialdemócrata, el Partido de
Izquierda y el Verde. También está ya aceptada la venta de ochocientos
Leopard al reino de Arabia Saudita. Y ha tomado estado público la venta
de esos tanques de guerra a Indonesia.
En ese sentido, fracasaron
nuevamente las conversaciones de un nuevo convenio en Naciones Unidas
por el cual se prohíbe en el mundo entero la venta de armas a países en
conflicto o en los cuales no se respeten los derechos humanos. Pero todo
quedó en proyectos. El fracaso se debió a la total oposición de Estados
Unidos y a la respuesta de Rusia y de China de que “todavía no habían
decidido su opinión”. La representante de Amnesty International dijo con
toda razón: “La nueva demora sólo favorece a los señores de la guerra.
Mientras tanto muere cada minuto un ser humano por acción de las armas”.
Alemania
Federal vendió en el 2010 armas por valor de 2119 millones de euros.
Pero se dejan cesantes casi dos mil empleados del Deutsche Bank “porque
disminuyeron las ganancias anuales de la empresa”.
Pero ante
tales fracasos en países con una experiencia de siglos, con gobiernos
que siguen cometiendo los mismos errores basándose solamente en el poder
del dinero, siempre hay gente que no se rinde. En forma individual o en
grupos se reúnen para resolver los verdaderos problemas de los seres
humanos. Por ejemplo, aquí en Alemania he encontrado la organización
“Ser humanos” integrada por alemanes y argentinos, con sede en Córdoba y
en Leipzig. Su fin es cumplir con un plan: llevar a los habitantes de
las villa miseria de las grandes ciudades argentinas a un futuro pleno
de trabajo junto a la naturaleza y con un techo digno para sus hijos.
Para ello compran tierra en el interior argentino y les construyen un
techo, les dan instrumentos de labranza para que se dediquen a productos
de huerta y otros que otorga la naturaleza. Para lo cual se llevan a
cabo actos donde lo obtenido por las entradas se dedica a esas obras,
pero también se reciben donaciones. Es decir, un plan lleno de dignidad
para aprender todos a “ser humanos”. Todo ese plan se está cumpliendo en
Villa Albertina, lugar situado a 110 kilómetros de Córdoba capital.
Allí ya se ha fundado un centro cultural donde además de ayuda escolar
se da enseñanza de computación, de oficios y también todo lo que tenga
que ver con la cultura. Un plan que ha comenzado con toda fuerza. Todo
su accionar se puede consultar en www.serhumanos.org y en info@serhumanos.org.
El
ser humano no se rinde, a pesar de todo. En esto Descartes, siempre en
busca del racionalismo, vería que su sabiduría no fue en vano. Es que la
verdadera sabiduría racional está en el empleo de la sonrisa, la mano
abierta, la bondad y no en el egoísmo que siempre termina en la
violencia.